Una historia de desprendimiento en verdad. Según ACI Prensa, el Obispo Micheal Mulvey, de la diócesis Corpus Christi, Texas, Estados Unidos, pudo salvar la vida de una madre de familia al donarle parte de su médula ósea.   

Fruto de una decisión en su pasado

Mucho antes de convertirse en Obispo, cuando era un sacerdote que ayudaba en Austin, en el 2004, se inscribió en la organización “Be the Match Registry”, el grupo más grande del mundo que vela por los trasplantes de médula ósea.  

Dios me ha dado la vida y pude dar algo a cambio y hacer una gran diferencia en la vida de esta persona, en la de sus hijos y su familia. Es algo en lo que pienso con frecuencia”, dijo el Obispo en una entrevista al diario South Texas Catholic mientras recordaba esto.

Una víctima de cáncer a la sangre

No lo llamaron hasta ahora, a sus 70 años de edad. El Obispo atendió el llamado sin dudarlo y viajó a San Antonio para hacer la donación de células estaminales periféricas que se encuentran en la médula.

Quien recibió la ayuda no conocía al Obispo ni este a ella. Fue una ayuda desprendida para cualquiera, sin importar su condición. Ella es una madre de familia diagnosticada con un tipo de cáncer a la sangre. Así que no solo se ayudó a salvar su vida, sino a que un niño pueda seguir jugando con su mamá. 

El Obispo de Corpus Christi dijo, en la entrevista, que haber podido ayudar a alguien no ha sido solo una cuestión de caridad sino un encuentro espiritual.

San Mateo dice que recibes un don, debes darlo también como don. Tenemos que recordar siempre que la vida de todos es un don y la verdadera gratitud se expresa cuando estás dispuesto a devolver y compartir lo que tienes”, resaltó él.

¡Gracias Monseñor por su testimonio! ¡No hay edad ni condición para amar como Dios nos pidió! 

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