Esta es la historia de 3 universitarios de Denver, Colorado, Estados Unidos, que fueron contracorriente y, no solo mantuvieron su fe católica durante sus estudios, sino que la encontraron en la universidad.

Según el Catholic News Agency, CNA, los universitarios católicos normalmente pierden su fe durante sus estudios.

Sin embargo, Jake Keller, estudiante de ingeniería civil; Ian Horton, un especialista en finanzas; y Anthony Ascolese, un especialista en gestión de recursos naturales, encontraron su fe en Cristo mediante algo hermoso: su amistad. 

Católicos poco formados

Tanto Jake Keller como Anthony Ascolese entraron a la Colorado State University (CSU) siendo católicos no practicantes. Sin embargo, empezaron a asistir juntos a algunos eventos católicos universitarios y, poco a poco, se iban reencontrando con su fe católica.

El camino no se le fue fácil, pues cada uno tuvo que luchar contra sus propias inseguridades para aceptar a la Iglesia.

En el caso de Keller, las últimas noticias de abusos sexuales y la postura del Magisterio frente al matrimonio y el aborto, le fueron difíciles de asimilar. Aun así, logró con paciencia aceptar dichas posturas como suyas y comprender que la Iglesia va más allá del pecado de los fieles.

Por otro lado, en el caso de Ascolese, tuvo que luchar contra sus engreimientos y comodidades. El cambio en general no le era de su agrado. Sin embargo, gracias a sus amigos, pudo seguir avanzando en su búsqueda de Dios. 

Converso católico

Algo muy distinto fue el caso de Ian Horton, quien antes de entrar a la CSU era evangélico. De hecho, antes de serlo, fue ateo militante. Sin embargo, gracias a Chesterton y a Santo Tomás de Aquino, pudo abrazar la fe cristiana.

En la misma universidad, a pesar de su opción por los evangélicos, nunca se sintió muy agusto en sus grupos de oración. Siempre buscaba algo más profundo, y fueron los católicos quienes le brindaron una oportunidad para ahondar en la fe en Cristo. Llevándolo a su conversión a la Iglesia. 

La amistad en Cristo

Fueron en los grupos de estudio bíblico y de oración donde Jake, Ian y Anthony se conocieron. Se agradaron en el acto y empezaron a acompañarse en la fe.

Lo que más le apasionaba era el hecho de poder rezar juntos. Nunca habían experimentado un nivel de amistad así. El hecho de saber que había un amigo pensando en y orando por su conversión les daba profunda alegría.

Fue esta amistad la que fortaleció sus opciones a la Iglesia, las que los mantuvo en la fe, y sentirse acompañados en la felicidad que da Cristo.     

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