Esta sería la oración mariana más antigua encontrada hasta el momento

Esta es la historia de una oración mariana desconocida. En 1917, la librería John Rylands de Manchester, Reino Unido, obtuvo bajo su poder varios papiros de origen egipcio. Entre ellos, se encontró un pedazo cuya antigüedad data del 250 después de Cristo.

Quizás lo que sorprendió de este pedazo de papiro, de 18×9.4 centímetros, no fue su edad, sino su contenido, pues en este se encontraba, quizás, la oración mariana más antigua del mundo.

“Sub tuum praesidium”

La oración estaba escrita en griego, y estaba escrita de la siguiente manera:

Ὑπὸ τὴν σὴν εὐσπλαγχνίαν,
καταφεύγομεν, Θεοτόκε.
Τὰς ἡμῶν ἱκεσίας,
μὴ παρίδῃςἐν περιστάσει,
ἀλλ᾽ ἐκ κινδύνων λύτρωσαι ἡμᾶς,
μόνη Ἁγνή, μόνη εὐλογημένη.

Y en español, la oración mariana se lee de la siguiente manera:

“Bajo tu amparo nos
acogemos,
Santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien, líbranos de todo peligro,
¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita!”.

Así es, la famosa oración que utilizamos y que titulamos como “Bajo tu amparo”, que en latín es “Sub tuum praesidium”, vendría a ser una usada, por lo menos, desde antes del 250 d.C por los primeros cristianos. ¡Qué antigüedad la de esta oración mariana!

Es asombroso y reconfortante saber que nos unimos en el amor a la Virgen a millones de cristianos que en el pasado también la amaron.

Si deseas ver el papiro completo haz click aquí.

Un par de datos curiosos

En 1938 la Universidad de Manchester publicó el “Catálogo de papiros en griego y latín de la librería John Rylands”. En este, erróneamente, se indicó que el papiroque contenía esta oración mariana pertenecía al 450 d.C, cuando los estudios especializados lo colocaban en el 250 d.C.

Además, habría que subrayar que en la oración mariana, en griego se usa la palabra “Theotokos”, que quiere decir, “Madre de Dios”.

Esto significa que los primeros cristianos ya se referían a la Virgen como tal, cuando esta forma de llamarla fue instaurada de manera formal en el 431 d.C, en el Concilio de Éfeso.