“Perdónalos”: eso es lo último que una niña cristiana de 12 años le dijo a su madre antes de morir en un hospital por quemaduras provocadas por un ataque de militantes del ISIS.

Una banda de soldados islámicos se presentó en la casa de su familia y les dio un ultimátum: o desalojan o pagan inmediatamente a la “jaziya”, un impuesto especial a los no musulmanes.

Sólo el niño y su madre estaban en casa en ese momento. La madre les dijo a los soldados que pagaría el impuesto pero que necesitaba “unos pocos segundos” ya que su hija estaba en la ducha.

Los soldados contestaron “no tienes ‘unos segundos’”, e irrumpieron en la casa, entraron al baño donde estaba la hija, y le prendieron fuego. 

Quemaduras de cuarto grado

Toda la casa fue rápidamente envuelta en llamas. La mujer y el niño apenas escaparon de la casa con vida, pero no sin lesiones graves: la niña tenía quemaduras de cuarto grado.

Desesperada por salvar a su hija, la mujer la llevó rápidamente a un hospital local. Sin embargo, era demasiado tarde, las quemaduras eran demasiado severas: la niña murió en los brazos de su madre unas horas después. Y justo antes de que muriera, ella le pidió a su madre que perdonara a sus asesinos.

Esta cristiana de 12 años seguía con valentía el ejemplo de Jesús, quien oraba en la cruz por sus asesinos: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que están haciendo”. (Lucas 23.34).

Reacción frente a la historia

La increíble historia fue relatada por Jacqueline Isaac, una defensora de los derechos humanos, a quien la madre contó la historia.

“Lamentablemente, esto es solo un ejemplo más de las atrocidades cometidas por los extremistas en esta región, pero con frecuencia escucho historias increíbles de fe como esta, donde los cristianos perdonan a sus perseguidores”, dijo un portavoz de la organización caritativa cristiana Open Doors Express.

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