Lamentablemente, en abril de este año, murió a los 92 años, Lorraine Warren, esposa de Ed Warren, con quien llevaría a cabo investigaciones famosas sobre eventos paranormales; trabajos en las que se basaría la saga del “Conjuro”, de “Annabelle” y la película “La Monja”.

La vida de Lorraine, según las películas, es mística, espiritual y fascinante. Sin embargo, ¿tenía alguna relación con la Iglesia Católica? ¿Qué tan fuerte?

Fue alumna de un colegio católico

Lorraine Warren fue bautizada católica, y desde muy pequeña vivió ambientes donde se practicaban mucho la fe. Fue educada en un colegio católico de niñas dirigida por monjas.

Sucedió en este colegio su primera experiencia paranormal, a sus 7 años, cuando vio el aura de una de sus profesoras. Desde entonces ella logró presenciar almas y cosas místicas.

Matrimonio católico

Ed Warren, su esposo, era católico, y su matrimonio guardaba respeto a esta fe. De hecho, hasta 1985 la Iglesia le daba permiso a algunos laicos realizar investigaciones demonológicas, y Ed Warren era una de estas personas junto a su esposa. 

En cada investigación reportaban al Obispo de su diócesis para saber como actuar o aproximarse a cada caso. Sabían a lo que se enfrentaban, y sabían que no podían hacerlo sin la Iglesia, ni Dios. 

“Mi fe es mi protectora”

Después de la lamentable noticia de la muerte, Tony Spera, esposo de la hija de los Warren, fue entrevistado por la página Ctpost. En una de las preguntas se quiso saber cómo Lorraine se defendía de todos los demonios. La respuesta de Spera fue clara:

“‘Mi fe es mi protectora’ ella decía, ‘Mi fe me ayudará a seguir adelante’”.

En otra parte de la entrevista él dijo:

“Esta gentil mujer no era católica de nombre. Ella intentaba vivir su fe cada uno de sus días”. 

Velorio católico

Sus restos fueron velados en la iglesia católica de Saint Stephen en Trumbull, Connecticut, Estados Unidos. Fue un evento íntimo donde acudieron un par de docenas de personas. 

Su amigo, el Padre Christopher Samele, dirigió el velorio. En su homilía, recordó la fe constante de la familia Warren. 

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