Monseñor Cornelius Fontem Esua de la Arquidiócesis de Bamenda, Noroeste de Camerún, oeste de África, fue capturado por guerrilleros separatistas el 25 de junio.

Solo estuvo cautivo por 12 horas, y monseñor indicó no haber sido agredido en ningún momento.

Sin embargo, quizás lo que llama la atención, es cómo reaccionó el Arzobispo cuando estuvo cautivo en medio de estas tensiones militares del país africano. 

Acción separatista

Para entender un poco el por qué de su captura, habría que recordar un poco el contexto. Camerún es un país cuya mayoría habla el francés.

Sin embargo, en el oeste de estas tierras, existe un grupo grande de personas que hablan inglés, los anglófonos, y son discriminadas por esto.
Cansados de este trato, este grupo comenzó a tener movimientos separatistas guerrilleros para poder independizarse de Camerún, y fundar un país llamado Ambazonia.

Es por esto que existen tensiones militares y violentas fuertes en esta zona del país, entre los soldados de Camerún y los separatistas. 

Momento de la captura

Monseñor Esua había realizado un viaje a este lugar para hacer una visita pastoral a los católicos de la zona, así también para predicar por la paz y la unión nacional.

De regreso a su casa, un pelotón separatista lo detuvo por no ir por los caminos “permitidos” por ellos, y lo llevaron a uno de sus campamentos. Ahí estuvo toda la noche, sin ser maltratado.

Estando ahí se topó con guerrilleros católicos que le pidieron orar por ellos. El Arzobispo accedió y su captura se convirtió en un momento de evangelización.

Inclusive, en un momento determinado, sacó de su carro biblias y rosarios para poder dárselos a los guerrilleros que lo habían capturado.

También fue un momento de catequesis, según la página CruxNow él les dijo a sus captores: 

Les dije: ‘Estás haciendo que la gente sufra’. Dije que no podemos lograr nada bueno con el mal. No matarás, no harás sufrir a otras personas. Las personas por las que pretendes estar luchando están sufriendo. Les dije mucho sobre la educación. Abre las escuelas [porque ellos boicotearon colegios de Camerún]”.

También dijo:

No puedes luchar por la justicia, por la verdad y, al mismo tiempo, hacer sufrir a las personas por las que luchas. Estás arruinando nuestro curso”.

Después de pedir perdón por haberlos ofendido por haber pasado por un camino ”prohibido”, el miércoles 26 por la mañana, Monseñor Esua fue liberado junto a su chófer sin ningún rasguño. 

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