Un día como hoy, en 1824, se estrenó en Viena, Austria, la Novena Sinfonía de Ludwig Van Beethoven. Esta fue una de las canciones más revolucionarias de la historia musical, y una de las más importantes hasta hoy.

Su composición en su totalidad, demuestra un cambio de paradigma en cómo percibir la música. Esto se percibe en los instrumentos usados, en su ritmo y en la letra de su coro; que mira de manera positiva y como regalo divino la naturaleza y el hombre común y corriente.

¿Qué opina el Papa Emérito Benedicto XVI sobre esta canción?

Hay que mencionar, quizás recordar, que el Papa Emérito es un gran conocedor de la música clásica, especialmente la compuesta por Mozart. Inclusive, uno de sus pasatiempos favoritos es tocar el piano.

En mayo del 2010, precisamente por el aniversario de la Novena Sinfonía, se publicó un discurso de Benedicto XVI en el diario La Stampa sobre esta pieza. El texto se titula: “Ratzinger, qué alegría con Beethoven”.

Para el Papa Emérito, esta composición le maravilla cada vez que la escucha. Opinó que rompe con las tradiciones en la música. Llevó a la persona a reflexionar sobre la pobreza del ser humano en la vida, pero concluyó de manera alegre y optimista sobre este.

Sin embargo, lo que más le impacta es el compositor. Para esa fecha, Beethoven se encontraba casi sordo, prácticamente no podía escuchar sin sus aparatos. En la soledad y silencio de su sordera, supo componer esa maravilla según vibraciones y su completa imaginación.

Por esto, Benedicto XVI entiende a la Novena Sinfonía de Beethoven como una demostración de los dones hermosos que Dios nos otorga para hacer de este mundo uno maravilloso. Inclusive, su testimonio le recuerda la expresión profética y misteriosa de Isaías:

“Oirán aquel día los sordos palabras de un libro, y desde la tiniebla y desde la oscuridad los ojos de los ciegos las verán” (Isaías 29, 18).

“Copying Beethoven”, película biográfica de Ludwig Van Beethoven

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