En 1660, un pastor de 22 años, Gaspard Ricard, llevaba sus ovejas al Monte Bessilion, cerca de Cotignac, Francia. Agotado por el trabajo, decide recuperar el aliento pero siente mucha sed, sin ninguna fuente de agua cercana.

De repente, junto a él apareció una figura de un hombre adulto que señalaba una roca y decía: “Soy José, levántalo y bebe”.

Sin embargo, la piedra que le mostró era muy pesada, no se podía levantar fácilmente. Según los relatos, la fuerza de ocho hombres hubiera sido necesaria para levantar esa piedra.

Ante la insistencia de San José, superando toda fuerza humana, Gaspard logra levantarla con desconcertante facilidad y debajo de ella encontró agua.

Inmediatamente después de refrescarse en la fuente, el pastor se dirigió al santo para agradecerle. Pero con su habilidad habitual de pasar inadvertido, San José ya se había ido.

La noticia fue contada por Gaspard a todos los aldeanos de su pueblo. Algunos de estos, intrigados por sus palabras, regresaron a esa montaña. Cuando llegaron al sitio de la aparición, se sorprendieron al mirar una fuente de agua donde antes no existía nada, ni siquiera una fuente de agua cercana donde alimentarse.

Comparte