San Dámaso I fue Papa entre los años 366 y 384, y según la tradición fue quien introdujo la famosa oración del Gloria:

“Gloria al Padre, gloria al Hijo y gloria al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén”.

En una ocasión una mujer le preguntó a San Josemaría Escrivá sobre el conocimiento de la Trinidad.

El santo indicó que esta no se podría conocer del todo, pero uno igual puede adorarlo diciendo “Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo…”.

Este no fue el único aporte de su pontificado a la Iglesia. San Dámaso le pidió a su secretario, San Jerónimo, realizar la traducción de la Biblia del griego y hebreo al latín popular.

Dicha Biblia, la “Vulgata”, es la base de las biblias católicas que usamos hasta ahora.

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