América Latina ha dado a la Iglesia en más de 500 años de historia, decenas de hombres y mujeres que entregaron su vida a Dios y lograron la santidad.

El país con más santos de esta parte del mundo es México, seguido por Perú y luego Colombia.

Te recordamos las vidas de 6 de ellos:

San Juan Diego de Cuauhtitlán:

Nació en Nueva España, actualmente México. Su verdadero nombre fue Cuauhtlatoatzin y perteneció a la tribu nahua, conquistada por el imperio Azteca.

Entre los años 1524 y 1525 se convirtió al cristianismo junto a su esposa, y tomaron los nombres de Juan Diego y María Lucía.

Fue él ante quien se apareció la Virgen María con piel morena y vestida de verde, la Morenita, la Virgen de Guadalupe.

Santa Rosa de Lima:

Nació en Lima, Perú en 1586, y desde niña tuvo gran fineza espiritual. Nunca fue religiosa, sino laica consagrada y perteneció a la tercera orden de los dominicos.

Conoció a grandes santos peruanos como San Martín de Porres o Santo Toribio de Mogrovejo. Llevó una vida de oración y mortificación por la conversión propia y del mundo.

Murió en 1617 y fue la primera santa canonizada en América. Actualmente es patrona de muchas localidades y países, así como muchas instituciones policiales y militares.

Santa Laura Montoya:

Nativa de Antioquia, Colombia desde 1874, fue educadora y misionera católica.  Fundó la Congregación de las Misioneras de María Inmaculada y de Santa Catalina de Siena.

Se dedicó a vivir la caridad con los nativos de su país, así como de su educación para aportar en su dignidad como hijos de Dios.

Murió en Medellín en 1949 a los 75 años de edad. Fue nombrada beata en el 2004 por Juan Pablo II y declarada santa en el 2013 por el Papa Francisco.

Santa Teresa de Jesús de los Andes

Nació en Santiago de Chile en el año 1900, y con el ejemplo de su vida nos presentó a Cristo en la cotidianidad de una jovencita, quien fue capaz de llevar las exigencias de la vida religiosa hasta el máximo de sus límites.

Ella es considerada como un ejemplo de que Dios llama a los jóvenes a la santidad, sin importar época o contexto. Desde pequeña no se encontraba interesada en el amor de pareja, pues sentía que nadie le daba un amor tan puro y bueno como Cristo.

Debido al violento ataque de la tifus, murió el 12 de abril de 1920. Faltaban 3 meses para cumplir 20 y había hecho hace poco su profesión religiosa. Murió siendo lo que quiso con todas sus fuerzas, una carmelita descalza fiel a Cristo.

San Alberto Hurtado:

El Padre Alberto nació en Viña del Mar, Chile, en 1901, fue abogado y sacerdote jesuita. Fundó el Hogar de Cristo.

Fue conocido por su alegría, fuerza de trabajo y buena relación con los jóvenes. Su apostolado universitario fue arduo y dio muchos frutos.

Murió en Santiago de Chile en 1952 a los 51 años de edad, debido a un cáncer de páncreas. Fue canonizado por el Papa Benedicto XVI en el 2005. 

San Óscar Romero:

Nació en San Salvador 1917, se hizo sacerdote y fue elegido Arzobispo de su pueblo natal en 1977.

Fue gran opositor de la violencia en su país. Sus homilías pedían paz tanto a los rebeldes comunistas como a la dictadura ultraderecha de su país.

Murió en plena Misa cuando le disparó un francotirador en el año 1980, tenía 62 años. Fue canonizado por el Papa Francisco en octubre del 2018.

 

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