Según el Catecismo de la Iglesia, el espiritismo es un conjunto de prácticas adivinatorias o mágicas. Se recomienda al católico no usarlas, así como tampoco invocar potencias malignas, ni la explotación de la credulidad del prójimo.

¿Conoces a alguien que practique el espiritismo y te surge la pregunta si es posible que pueda convertirse y ser católico? Si es así, el Beato Bartolo Longo podría ayudarte.

En su vida universitaria obedeció la moda de mediados del siglo XIX: espiritismo. De aficionado, pasó a ser médium y llegó a ser sacerdote espiritista. Además organizaba conferencias anticlericales y fomentaba el odio a la Iglesia.

Pero este mundo lo trató muy mal. Se enfermaba constantemente, y crecía en él una fobia a Dios que le carcomía.

Un día, no lo soportó más, y acudió a un sacerdote católico. Este lo llevó con el Padre Alberto Radente para asistirlo espiritualmente.

En el camino supo que su familia rezó constantemente por él. Y el día del Sagrado Corazón de 1865 se confesó y volvió al amor de Dios.

Convertido recuperó las fuerzas y fue un gran devoto. Sobre todo al Santo Rosario, consagrándose a la propagación de su rezo y devoción.

Así fue como en 1876 puso la primera piedra del Santuario de la Santísima Virgen del Rosario, iglesia que construyó gracias a amigos y aliados poderosos cristianos.

Murió el 1926, y sus últimas palabras fueron: “Mi único deseo es ver a María, que me salvó y me salvará de las garras de Satanás”.

Pidamos la intercesión del beato por la conversión de nuestros hermanos católicos y amigos ateos que practican el espiritismo y esoterismo. Para que la Virgen María los salve y proteja como a él.

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