La lógica es sencilla: si Jesús nació judío y cumplió las leyes judías, y si nosotros tenemos que seguirlo, ¿por qué nosotros no somos judíos? ¿por qué no seguimos las leyes judías como Él lo hizo?

Si bien Jesús pertenecía étnica y religiosamente a dicho pueblo, hay que recordar que Él es el Mesías. Él vino a dar plenitud a las leyes del pueblo judío.

Las normas judías habían sido mal interpretadas y exageradas por los fariseos. Nuestro Señor no solo vino a corregirlos, sino también a revelar una nueva forma de relación con Dios.

Por lo que el cristianismo es la versión completa del judaísmo. Aquel pueblo salvo de Dios que estaba pensado desde el génesis.

Si aún existen judíos, es porque en su momento hubieron miembros de este pueblo que no creyeron que Cristo era Dios. Y por ende, no siguieron sus enseñanzas hasta el día de hoy.

Ahora bien, no hay que ver a los judíos de manera negativa. Objetivamente, y como indica el Catecismo de la Iglesia, somos adoptados en su tradición e historia. Son “nuestros hermanos mayores en la fe”, como lo dijo San Juan Pablo II.

Recemos por la conversión de nuestros hermanos judíos. Y roguemos a Dios para que nos dé la suficiente humildad para aprender de su bellísima y gran historia.

Te compartimos el video del P. Pedro Núñez respondiendo a la misma pregunta:

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