Ser católico es genial, todo lo que ganas espiritualmente es indescriptible. Sin embargo lo fantástico puede solo ser interno, y sólo en ti.

Si luego de un retiro, o de tu bautismo, o de una buena confesión te has enamorado de Dios al punto en que decidiste vivir en serio tu fe, debes saber que no significa que todo colaborará contigo en eso. Eso es para valientes.

Nuestros hermanos de 5 panes y 2 peces nos comparten una integrante reflexión.

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