Dios nos creó para que seamos santos. Toda nuestra vida debería girar alrededor de nuestras ganas de conseguir ese objetivo, pero a veces nos dejamos distraer por las cosas malas y buenas del mundo.

¿Cómo lograrlo? Tal vez la mejor manera sea dedicando cada día de la semana a una actividad espiritual específica.

Si te gusta la idea y estás dispuesto a ser santo te sugerimos lo siguiente:

Lunes: Dedicarlo a rogar por las almas del purgatorio

Esto te ayudará a comenzar la semana pensando en una realidad sobrenatural: el purgatorio. Allí están las almas que, habiéndose salvado, necesitan pasar por una purificación final. Ruega en primer lugar por las almas de tus parientes próximos, también por las almas de tus amigos y conocidos. Finalmente, no olvides rezar por las almas más abandonadas.

Martes: Dedicarlo a venerar a nuestro Ángel Custodio

Dios en su infinito amor ha decidido enviar a sus ángeles para cuidar de nosotros. Reverencia a tu Ángel Guardián por estar siempre contigo, confía en él por la vigilancia con que te cuida y acude a él en las tentaciones y necesidades.

Miércoles: Dedicarlo al glorioso Patriarca San José

De San José aprenderás a ser manso y humilde, a confiar en Dios aunque todo parezca adverso. Venéralo como esposo virginal de la Virgen María, reveréncialo como padre adoptivo de Jesús, recurre a él como protector de la Iglesia Católica, y suplícale para que te conceda una buena y santa muerte en compañía de Jesús y de María.

Jueves: Dedicarlo al Santísimo Sacramento del Altar

Fue un jueves cuando nuestro Señor en aquella última cena instituyó la Santa Eucaristía. Aprovecha este día para recibirle devotamente en la Sagrada Comunión, visítale en alguna Hora Santa, recuérdate que siempre puedes hacer comuniones espirituales.

Viernes: Dedicarlo a la pasión de Nuestro Señor Jesucristo

Piensa en lo que Jesús ha padecido por nosotros. Aprovecha para hacer algún tipo de mortificación (ayuno, limosna, etc) y emplea un rato para meditar en la Pasión de Jesucristo o hacer el Vía Crucis.

Sábado: Dedicarlo a la Santísima Virgen María

Acude a ella como a cariñosa y amante Madre. Puedes obsequiarle algún acto de caridad o de piedad. También puedes visitar alguna iglesia donde sea venerada y poner en ella tu confianza después de Jesús.

Domingo: Dedicarlo a la Santísima Trinidad

Comienza el día asistiendo a la Santa Misa. Evita profanar el día con diversiones peligrosas o malas.

Inténtalo ¡Seamos Santos!

Comparte