San Pío de Pietrelcina, más conocido como Padre Pío, es uno de los santos católicos más populares del siglo XX. Si bien es conocido por recibir los estigmas y poder “leer” los corazones, su vida de fe y oración son un profundo mar de sabiduría.

En un artículo de National Catholic Register, la editora digital Alyssa Murphy compartió 13 datos sobre la vida del santo y místico capuchino.

1. A los 5 años expresó su deseo de servir a Dios.

Francesco Forgione, quien se convertiría en el Padre Pío, nació el 25 de mayo de 1887 en Pietrelcina (Italia). Con solo 5 años de edad, se consagró a Jesús y a los 10, su familia buscó la forma de que pudiera convertirse en fraile capuchino.

2. Ingresó como novicio a los 15 años.  

Siendo aún un joven adolescente, Francesco recibió el nombre de Pío al ingresar como novicio en la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos. Profesó sus votos solemnes tres años después.

A pesar de su frágil salud durante gran parte de sus estudios, fue ordenado sacerdote en 1910. En 1916, fue enviado a las montañas Gargano, donde se instaló en el convento rural de San Giovanni Rotondo. Permaneció allí durante 50 años, hasta su muerte el 23 de septiembre de 1968.

3. Recibió los estigmas.  

El 20 de septiembre de 1918, Padre Pío recibió los estigmas mientras oraba en una iglesia. Las heridas permanecieron visibles en su cuerpo por el resto de su vida. Estas marcas se encontraban en sus manos, pies y costado, correspondiendo a las heridas que Jesús sufrió durante su crucifixión.

4. La sangre de sus estigmas olía a flores.

Conocido como el "olor de santidad", se dice que la sangre que emanaba de las heridas de Padre Pío tenía un aroma a perfume o a flores. Este fenómeno también ha sido observado en otros santos que manifestaron las marcas de los estigmas.

5. Confesaba entre 12 y 15 horas al día.

El santo percibía el aroma de flores a medida que los fieles confesaban sus pecados. Algunos penitentes esperaban hasta dos semanas para poder visitarlo en el confesionario. El Padre Pío también tenía la capacidad de “leer” los corazones, recordándoles pecados que habían olvidado u omitido. El santo solía decir:

"La confesión es el baño del alma. Tienes que ir al menos una vez por semana. No quiero que las almas se mantengan alejadas de la confesión por más de una semana. Incluso una habitación limpia y no ocupada recoge el polvo; regresa después de una semana y verá que es necesario quitar el polvo de nuevo”.

6. Sufría ataques constantes del demonio.  

Desde joven, el Padre Pío fue bendecido con visiones celestiales, pero también experimentó una intensa lucha espiritual, incluyendo ataques del demonio.

En su libro sobre San Pío, el famoso exorcista Gabriele Amorth indicó que “la gran y constante lucha en la vida del santo fue contra los enemigos de Dios y de las almas, esos demonios que buscaban capturar su alma”.

7. Tenía el don de la bilocación.

Numerosos testimonios de testigos atestiguan la capacidad de Padre Pío para estar en múltiples lugares al mismo tiempo. Compañeros frailes recuerdan haberlo visto en oración afuera mientras sabían que él se encontraba en su celda. Algunos relatos provienen de personas que afirman haberlo visto en diferentes continentes alrededor del mundo.

8. Evitó que bombardearan su ciudad durante la Segunda Guerra Mundial.

Mientras el sur de Italia permanecía bajo control nazi, los bombarderos estadounidenses recibieron la orden de atacar la ciudad de San Giovanni Rotondo. Sin embargo, cuando se acercaron a la ciudad y se prepararon para soltar sus municiones, un fraile vestido con hábito marrón apareció frente a sus aviones. Todos los intentos de liberar las bombas fracasaron.

De esta manera, Padre Pío cumplió su promesa de que la ciudad sería salvada. Más tarde, cuando se estableció una base aérea estadounidense en Foggia, a unos kilómetros de distancia, uno de los pilotos de este incidente visitó el convento y, para su sorpresa, encontró al fraile que había visto en el aire ese día sobre San Giovanni.

9. Antes de su muerte, sus estigmas sanaron sin dejar cicatrices.

Un médico que examinó el cuerpo del santo y que estaba presente cuando murió a los 81 años, observó que las heridas de los estigmas estaban completamente curadas, sin rastro ni cicatriz. El cuerpo del Padre Pío fue colocado en un ataúd en la iglesia del monasterio para permitir que los peregrinos lo visiten y recen.

10. Los peregrinos pueden visitar las celdas donde vivió el santo.

Todas las celdas donde vivió Padre Pío en Italia han sido decoradas con muebles de época para que luzcan exactamente como eran a principios del siglo XX. Cada sitio también cuenta con un pequeño museo con reliquias y objetos que usó durante su vida.

11. Se le atribuyen muchos milagros.

Varios milagros han sido atribuidos a la intercesión del santo, incluyendo la historia de Gemma di Giorgio. Nacida ciega y sin pupilas, la niña recuperó su visión de manera milagrosa después de su visita al Padre Pío. Un aspecto verdaderamente milagroso de su curación fue que, aunque podía ver, aún carecía de pupilas.

12. Fundó un hospital.

A pesar de su vida de sufrimiento, marcada por el dolor físico y la enfermedad, Padre Pío logró construir un hospital con la ayuda de patrocinadores generosos.

La Casa Sollievo della Sofferenza, que significa “Hogar para el Alivio del Sufrimiento,” fue inaugurada el 5 de mayo de 1956. El hospital se encuentra en la cima de una colina con vistas a San Giovanni Rotondo. Comenzando con solo unas 250 camas y el equipo necesario, el hospital ahora es conocido por sus instalaciones y servicios de última tecnología.

13. Pasó sus últimos momentos en oración. 

Incluso antes de su muerte el 23 de septiembre de 1968, el Padre Pío pasó sus últimos momentos en oración.

Fue beatificado en 1999 y declarado santo el 16 de junio de 2002 por San Juan Pablo II. Más de 500 mil personas asistieron a su canonización.

Aquí puedes ver un video del santo celebrando Misa antes de su muerte:

Comparte