El futbolista español y delantero del Córdoba C. F., Christian Carracedo, se acercó a la Iglesia por superstición, pero un verdadero encuentro con Dios cambió su vida y su carrera deportiva.

En una entrevista para el canal católico “El Rosario de las 11 pm”, el joven de 27 años narró cómo el encuentro con Dios “ha sido un antes y un después” en su camino de vida y su profesión como futbolista.

Su infancia y la fe

Christian nació y creció en Barcelona (España), en una familia creyente pero no practicante y, si bien, desde pequeño sabía de Dios, no lo veía como algo importante, sino como una asignatura más del colegio.

Su amor por el fútbol comenzó gracias a su padre, que jugaba como portero, y esa pasión llevó a Christian a empezar su carrera deportiva.

Lamentablemente, la separación de sus padres, la adolescencia, la exigencia en el deporte, la experiencia de ver a una compañera de la secundaria sufrir un ataque epiléptico y el infarto de su abuelo, le llevó a desarrollar miedos.

“Estaba en clase, creía que me iba a pasar algo, las charlas del fútbol e incluso a veces me mareaba porque sentía un agobio increíble”, señaló.

Una muerte que marcó su vida

El padre de Christian cayó enfermo por hepatitis, una enfermedad que superó por un tiempo, pero por el estrés laboral y la separación lo volvió a atacar.

“Mi padre estaba internado y yo era incapaz de subir a verlo por mis miedos”.

El 31 de diciembre del 2014 “me dicen que le quedan horas de vida a mi padre y yo me sentía incapaz de subir a despedirme, pero hubo un momento, fue como un impulso, que aunque suene todo muy sentimental, pero es verdad, noté una fuerza adentro, que yo creo que ahí fue el primer momento que noté algo diferente en mi vida, y subí con mi hermano, nos despedimos de mi padre”.

“Estábamos yo y mi hermano en los pies de su cama y bueno nos despedimos de él, él estaba con los ojos cerrados y cuando nos escuchó abrió los ojos, nos miró, y no sé, fue algo por un lado bonito, porque sabía que nos estaba escuchando”.

Esos días fueron muy complicados para Christian, con solo 19 años, tuvo que tomar decisiones complejas.

“Ahí se desestabiliza mi vida, porque empieza a tambalearse todo”, agregó.

El antes y el después

Christian indicó que su TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) supersticioso fue empeorando, al punto que le impedía viajar porque tenía miedo a que algo malo le pasara, y solo hace 3 años, su calidad de vida era malísima.

“Yo estoy en Linares, estaba en un pozo, o sea yo tenía muchos miedos, cuando estaba en Zaragoza, a lo mejor tenía que subir 11 o 12 veces a aparcar el coche, moverlo de sitio, porque creía que me iban a pasar cosas malas porque había visto una ambulancia justo cuando estaba aparcando”.

Es ahí que todo cambia gracias al apoyo psicológico de su club de fútbol, a su pareja y a un encuentro con Dios.

“Hay un momento en el que yo me aferro a la fe, empiezo a ir a la iglesia como mera superstición, dije: ‘es que si le pido a Dios va a ir todo bien, porque estoy pidiendo a Dios, y si no voy a Dios me van a ir las cosas mal’”.

“Pues un día de esos salgo de confesarme con una paz, una tranquilidad, algo que yo nunca había sentido en mi vida, dije: que cosa más rara”.

Christian decide empezar a informarse sobre la fe y conoce al grupo español “Jóvenes Católicos” que lo ayudaron a comenzar a caminar de cara a Dios.

“Me ayudaron a cómo rezar, a enseñarme oraciones, a rezar el Ángelus, cosas que yo no había hecho en mi vida, a mejorar mi rato de oración, y empiezo a profundizar un poco en la fe, a conocer más la vida de Jesús, la importancia de la Virgen María, de San José, de todos los ángeles, de muchas cosas que yo no tenía ni idea”.

El viaje a Córdoba y su Confirmación

En ese proceso de conversión, Christian se une a su equipo actual, Córdoba C.F., y se pone en contacto con el P. Rafael Mosteyrín, con el que empieza a llevar charlas de formación para poder recibir el sacramento de la Confirmación.

“Bueno empiezo a profundizar mucho más, a conocer el tema de los mandamientos, el tema del pecado, del valor real del pecado, de los miedos, de las supersticiones, que precisamente era algo que atormentaba mi cabeza por mi TOC”.

Gracias a ese encuentro con Dios y el tratamiento psicológico, la calidad de vida de Christian ha mejorado mucho, dejando atrás sus miedos e inseguridades. Un cambio que ha afianzado con su Confirmación.

“Yo la confirmación la veo como el momento en que tú realmente le dices sí a Dios, de que quieres ser su hijo y que quieres que obre en tu vida”.

“Creo que la fe me ha ayudado a sentir una relación cercana con todos los difuntos, en especial con mi padre, el cual yo siento como si estuviera de viaje, no que lo haya perdido. Al final yo quiero ser mejor persona, hacer cosas buenas, ser buen hijo de Dios para poder algún día reencontrarme con él, y bueno pues rezo mucho por toda la gente de mi círculo cercano y no tan cercano, para que nos podamos encontrar con todos en el siguiente paso que es el cielo”.

La evangelización desde el fútbol

Ahora Christian busca hacer feliz a la gente con su profesión, pues “todos somos instrumentos de Dios”.

“Yo creo que a mí me ha dado el poder dedicarme al fútbol y poder acercarle a Dios a mucha gente a través de esto”.

“No quiero pintar que soy aquí el mejor ejemplo, la mejor persona, yo me equivoco. Acudo a la confesión, porque para mí es un regalo el poder pedir perdón en cada momento de nuestra vida que nos sintamos alejados de Dios, y el poder salir con esa paz después de confesarte para mí pues es un regalo que deberíamos aprovechar todos”.

En su vida diaria, Christian hace oración para iniciar su día, ofrece sus entrenamientos por alguna situación en particular, reza el Ángelus y cierra su día hablando con Dios. Además, suele ir a ver al Santísimo Sacramento, donde puede encontrar más paz.

“Yo entiendo que hay gente que pues lleva una vida muy ajetreada, que no tiene tanto tiempo libre, pero yo pienso que si tienes tiempo para ver una serie, para irte de viaje, para cualquier cosa, tiene 5 o 10 minutos para dedicárselo a Dios”

“Lo que pienso es que cuando tú tienes a Dios dentro ves todo de otra forma, lo ves con unas gafas diferente. Te hace afrontar situaciones que no sabes muchas veces cómo gestionarlas pues indiscretamente Dios te marca el camino”

“Entonces el estar con Dios no significa que todo vaya a ir bien, todo vaya a ser como tú quieres o como tú le pidas al señor, porque los planes de Dios son perfectos, aunque nosotros muchas veces queramos controlarlos o no lo entendamos, como por ejemplo cuando murió mi padre”.

Mira el testimonio completo aquí:

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