¿Crees que los 10 mandamientos son solo reglas? Una nueva mirada a este conjunto de principios puede llenar tu vida de bendiciones. 

El decano y miembro del clero de la Arquidiócesis de Washington D.C. (Estados Unidos), Mons. Charles Pope, señaló en un artículo de National Catholic Register que muchas veces estamos tentados de dejar nuestras almas al mundo, a la carne y al diablo, a cambio de promesas falsas y vacías.

Frente a ello, aparecen los mandamientos, que no son simples reglas, sino describen “la purificación y la libertad que el Señor desea brindarnos”.

“Si vemos los mandamientos como promesas de una vida nueva y abundante, muchos estarán más alegres con lo que el Señor nos ofrece”, resaltó.

Estas son las 10 bendiciones que nos deja el Señor y que nos pueden ayudar a transformar nuestra vida.

1. Amarás a Dios sobre todas las cosas

En el primer mandamiento, se nos ofrece un amor creciente hacia Dios por encima de todas las cosas, por encima de todas las personas y por encima de la vida en este mundo.

Cada vez que valoramos a cualquier persona o cosa por encima de Dios, nuestra vida se desordena rápidamente. Dios promete su amor y su reino celestial por encima de todas las cosas terrenales.

2 y 3. No tomarás el nombre de Dios en vano y Santificarás las fiestas

En estos mandamientos, el Señor promete un corazón con el cual amarlo. Reverenciar el nombre de Dios es tener un amor profundo por Él, un sentido de asombro y una gran alegría al adorarlo.

4. Honrarás a tu padre y a tu madre

Aquí, el Señor desea darnos una profunda gratitud por nuestros padres y otras figuras de autoridad que han sido parte de nuestro crecimiento, nos han enseñado y nos han brindado apoyo.

5. No matarás

El Señor promete sofocar la ira, el odio, el resentimiento y el deseo de venganza que nos corroen y desatan una destrucción terrible. Describe a una persona que venera la sacralidad de cada vida humana y ve en ella la mano y el amor de Dios. ¡Qué regalo es simplemente amar a los demás! Dios puede hacer esto por nosotros.

6 y 9. No cometerás actos impuros y No consentirás pensamientos ni deseos impuros

El Señor promete calmar las pasiones a menudo descontroladas de la lujuria. Declara que la persona humana transformada tiene autoridad sobre su sexualidad. El Señor también nos ofrece un reverente gozo por el matrimonio y la sacralidad de la vida humana.

Demasiadas personas hoy son esclavas de la sexualidad a través de la adicción a la pornografía. Dios quiere liberarnos. Quiere sofocar nuestra lujuria.

7. No robarás

En este mandamiento, el Señor desea inculcarnos gratitud por lo que tenemos, superar nuestra codicia y aplacar nuestro miedo. Algunos roban por miedo a no tener lo suficiente. Otros lo hacen por avaricia; no están satisfechos con lo que tienen.

8. No darás falso testimonio ni mentirás

Dios promete un gran amor por la verdad y respeto por la reputación de los demás. La persona transformada habla la verdad con amor. Tiene una lengua bien entrenada y habla solo para glorificar a Dios. Su conversación siempre está llena de gracia (Colosenses 4,6).

10. No codiciarás los bienes ajenos

Aquí, el Señor quiere sofocar los fuegos de la codicia en nosotros. Dios promete un espíritu más profundo de satisfacción y gratitud por lo que tenemos.

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