El 26 de enero, la Iglesia en Roma celebró la Fiesta de la Traslación de Salus Populi Romani, la imagen mariana más importante de la ciudad.
Esta antigua representación de la Virgen y el Niño está resguardada en la Capilla Borghese de la Basílica Papal de Santa María la Mayor, el templo mariano más antiguo de Occidente.
Celebrada anualmente en Roma el último domingo de enero, esta fiesta conmemora el solemne traslado en 1613 de la imagen a su actual y ornamentada capilla. Es, sin duda, uno de los mayores testimonios del amor de la Santísima Virgen por la ciudad de Roma y de cómo ha intervenido milagrosamente en su historia como Salus Populi Romani (Protección del Pueblo Romano).
¿De dónde proviene la imagen de Salus Populi Romani?
La tradición sostiene que fue pintada por San Lucas Evangelista, aunque historiadores y científicos debaten esta afirmación. También se dice que Santa Helena, madre del emperador Constantino I, llevó la imagen a Roma desde Jerusalén junto con otras reliquias sagradas, incluida la Vera Cruz.
La Salus Populi Romani ha sido venerada en Roma desde el Concilio de Éfeso en el año 431 d.C., cuando se proclamó que María, como Madre de Jesús, es también Madre de Dios.
Históricamente, la imagen ha sido el centro de la procesión anual en Roma durante la Fiesta de la Asunción.
En esta procesión, una imagen de Cristo era trasladada desde la Basílica de San Juan de Letrán (la Catedral del Papa) hasta Santa María la Mayor para encontrarse con la Salus Populi Romani, simbolizando la estrecha relación entre Jesús y María, así como el vínculo entre ambas basílicas.
Esta tradición continúa hoy con la procesión anual de Corpus Christi presidida por el Papa, en la que el Santísimo Sacramento es llevado por la misma ruta, la Vía Merulana, una calle construida específicamente para estas procesiones.
La imagen de Salus Populi Romani es un ícono milagroso
Durante el pontificado de San Gregorio Magno (590-604 d.C.), una epidemia se extendió por Roma. El Papa animó al pueblo a ayunar y orar para pedir el fin de la plaga, confiando en la intercesión de la Madre de Dios. Finalmente, llevó la Salus en procesión desde Santa María la Mayor hasta el Castillo de Sant'Angelo. Allí, tuvo una visión de San Miguel Arcángel envainando su espada, señal de que la peste había terminado. En gratitud, los romanos entonaron el himno Regina Caeli, que aún hoy se canta en honor a la Virgen durante el tiempo de Pascua.
María también intervino por medio de esta imagen para salvar Roma durante la Segunda Guerra Mundial, bajo el pontificado de Pío XII. En 1944, cuando las tropas nazis estaban a punto de tomar la ciudad, el Papa rezó a la Salus para que la protegiera. Poco después, las tropas aliadas liberaron Roma. En agradecimiento, el Papa concedió a la imagen una coronación pontificia.
El icono también es amado por el actual Santo Padre, el Papa Francisco. Es su costumbre, antes y después de cada viaje, visitar Santa María la Mayor y orar ante la imagen. Incluso ha expresado su deseo de ser sepultado cerca del icono, lo que lo convierte en el primer papa en más de un siglo que no será enterrado en el Vaticano.
En este Año Santo del Jubileo, se espera que millones de peregrinos visiten Roma para atravesar las Puertas Santas, incluida la de Santa María la Mayor.
Como toda buena madre, María espera allí para acoger a sus hijos, especialmente a través de la imagen de Salus Populi Romani. Que nuestra devoción a la Madre de Dios nos ayude a perseverar en la fe, recordando sus palabras en las Bodas de Caná:
“Hagan todo lo que Él les diga” (Juan 2,5).