El sacerdote de la Arquidiócesis de Galveston-Houston (Estados Unidos), P. David Michael Moses, desmintió uno de los “mitos más grandes” sobre los seminarios: Si ingresas a uno, definitivamente serás sacerdote.
El popular sacerdote en redes sociales señaló en una publicación, que a diferencia de lo que la gente piensa, es falso que pasar por el seminario es un camino sin marcha atrás para ser sacerdote.
“Cerca del 75% de los hombres que entran al seminario no terminan convirtiéndose en sacerdotes”, agregó.
El P. David Michael remarcó que esta verdad ayuda a los jóvenes, pues alivia la carga de no estar 100% seguros de cuál es su vocación antes de entrar al seminario.
Estás fueron las palabras del sacerdote:
“Aquí está el mayor mito sobre el seminario.
La gente piensa que si vas al seminario, definitivamente vas a ser sacerdote.
Falso.
De hecho, según las estadísticas, incluso si vas al seminario, probablemente no serás sacerdote.
Cerca del 75% de los hombres que entran al seminario no terminan convirtiéndose en sacerdotes. Yo entré al seminario con 14 chicos y para Navidad solo quedábamos siete.
En última instancia, esto debería ser un alivio porque significa que no tienes que estar 100% seguro antes de entrar.
El seminario no es solo una cinta transportadora que produce sacerdotes, es un lugar para crecer como un hombre virtuoso; para algunos, eso será como esposos, para otros, será como sacerdotes.
Independientemente, el seminario es uno de los mejores lugares para descubrir dónde quiere Dios que estés”.
Muchos usuarios en las redes sociales resaltaron que la experiencia en el seminario ayuda a los varones a ser mejores padres, ya sea en el sacerdocio o en la vida matrimonial.
“Llegué con 15 personas, ¡soy el último de mi clase! ¡Todavía fuerte en la misión! ¡Me siento como el Último Vengador!”.
“¡Esto necesita hablarse más! ¡Gracias por publicar! El padre Luke Strand en el seminario De Sales en Milwaukee dijo: ‘Es bueno que los hombres tengan el deseo de la paternidad. El seminario permite a un hombre ver cómo vive la paternidad’. Así que, ya sea convirtiéndose en sacerdote o en esposo, ambos llamados necesitan el corazón de un padre”.
“Estuve en el seminario y estudié filosofía. Obtuve mi título allí y aprendí de maestros muy inteligentes y hombres y mujeres virtuosos. Hacíamos deportes y aprendíamos música. Ahora, estoy casado y amo a mi familia, y debo decir que el seminario fue una de las mejores cosas en mi vida”.
“Esto le pasó a mi esposo y ahora estamos casados🙏 Dios es bueno❤️ es una de las maneras en que supe que él tomaba su fe en serio”.
¿Dudas sobre tu vocación? Conversar con un sacerdote sobre la posibilidad de ingresar al seminario puede ser un buen camino a tomar.
Si tienes un corazón dispuesto a escuchar, Dios te mostrará la respuesta.