El Padre Jorge Loring es un famoso sacerdote jesuita que dicta charlas para el fortalecimiento de la fe a los católicos, explicó qué hacer cuando uno está a punto de morir por causa de algún accidente, y no se tiene a un sacerdote cerca para la confesión. Según el sacerdote, uno se puede salvar en esos momentos con decir tres simples palabras.

Hay que recordar que esto se usa en casos extremos, cuando uno no tenga ni el tiempo ni las fuerzas para ir a una iglesia para que un sacerdote le imparta los sacramentos respectivos.

¿Cómo uno se puede salvar sin un sacerdote al lado y estas pronto a morir?

Con un acto de contrición. Este es el pedir perdón a Dios en nombre del amor que Él tiene por ti, y es una de las fuerzas más grandes para poder ganar el cielo al momento de la muerte.

El sacerdote hace una diferenciación entre el acto de contrición y el acto de atrición. Mientras que el primero es un acto de petición de perdón por amor a Dios, el otro es un acto de arrepentimiento por miedo al infierno. Ambos ayudan a ir al cielo, pero siempre es mejor buscar la reconciliación por amor que por miedo.

¿Cuáles son estas tres simples palabras que pueden salvar tu alma en estos momentos extremos?

Estas: “Dios mío perdóname”. Según el sacerdote, si tu dices estas palabras con arrepentimiento por tus pecados y amando a Dios, salvas tu alma aún a punto de morir.

Ahora bien, ¿cómo uno puede recordar estas palabras en un momento donde uno pone su atención en tratar de sobrevivir? El Padre Loring recomienda decir estas palabras antes de dormir todos los días. Si haces esto, se te será más sencillo recordarlas en estos momentos de adrenalina.

El Padre recomienda, todos los días, antes de dormir, rezar tres Ave María, luego hacer un examen de conciencia del día, y finalmente repetir tres veces estas palabras: “Dios mío, perdóname”.

Es más, estas tres palabras pueden salvar a otros

Si presencias un accidente, la personas está a punto de morir y no hay un sacerdote cerca, lo que tienes que hacer es acercarte al moribundo(a) y decir tres veces al oído estas palabras. Si esta persona hace ademán de entender lo que dices y esta de acuerdo con lo que dices, el sacerdote indica que el alma de esta persona se salvaría.   

Aquí puedes ver el video:

¡La Misericordia de Dios siempre no está esperando!

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