Una de las cosas más interesantes en la gran Misa celebrada en medio de la nieve fue la presencia de muchos jóvenes involucrados.

ChurchPOP entrevistó a uno de los estudiantes quien, no solamente asistió a dicha celebración, sino que también ayudó a construir el altar de nieve. Y nos dijo esto: ¡Es probable que haya sido testigo de un Milagro Eucarístico!

Experiencia de la protección de Dios

“Realmente aprendí mucho sobre el plan de Dios”, dijo James Rotondo a ChurchPOP, “y cómo el provee a cada uno de sus hijos”.

Rotondo es un estudiante en el Blaine High School en Minnesota y fue a la Marcha por la Vida en Washington D.C. con la Arquidiócesis de San Pablo y Minneapolis.

Cuando su autobús quedó atascado la noche del viernes en la autopista de Pensilvania, todo el mundo pensó que solo sería un atasco temporal, pero el sábado por la mañana les llegó la noticia de que el problema duraría hasta esa noche.

¿Y los jóvenes entraron en pánico? Lejos de eso: “¡Nos divertimos mucho! Sacamos provecho de la situación y salimos para estirar las piernas y tal vez jugar en la nieve.”

“Nunca sentimos que estuviéramos en peligro”, dijo. “Me sentí como en casa lejos de casa.”

Construyendo un Altar Sagrado de nieve

Rotondo le da el crédito de la idea de tener una Misa a Bill Dill, uno de los líderes del grupo de Rotondo. Al comienzo, el plan era tener una Misa dento del bus, pero Jack Dorcey, otro lider, sugirió que podrían intentar hacerlo afuera, y eso se convirtió en el nuevo plan. Dill y Dorcey le dieron la tarea de construir un altar de nieve a doce estudiantes, incluyendo Rotondo.

“Al principio la idea de un altar de nieve no parecía razonable”, dijo Rotondo, “porque la nieve no parecía tan sólida y no pensábamos que pudiera permanecer, pero creíamos que Dios podría ayudarnos”.

Ellos solo tenían algunas pocas herramientas improvisadas, en su mayoría algunos carteles sobrantes y doblados de la Marcha por la Vida. Hicieron una enorme pila de nieve, nivelaron la parte superior, y luego empujaron la nieve alrededor de la base para que el sacerdote se pueda acercar. Luego limpiaron tanta nieve como pudieron en un radio de más de 15 metros alrededor del altar para crear un lugar llano y pudieran estar los asistentes.

“Poco después de que terminamos de limpiar, llegaron otros autobuses llenos de estudiantes,” dijo Rotondo, “y era majestuoso ver cómo grupos de cientos de católicos llegaron a participar de la Santa Misa.

Reflexionando sobre la experiencia, Rotondo dice que tenía un poderoso significado espiritual: “Mis compañeros peregrinos de mi parroquia dicen que toda esta experiencia mostró realmente lo mucho que Dios se preocupa por nosotros y cómo busca a su pueblo.”

“Su plan no siempre es evidente pero Él siempre sabe lo que es mejor para nosotros. Incluso en tiempo de necesidad, recurrimos a Dios y Él provee.”

¿Y qué hay del Milagro Eucarístico?

La noticia de un posible milagro de Multiplicación Eucarística ya se ha sonando en las redes sociales, y Rotondo nos confirma personalmente que puede haber algo de verdad en ello:

Me gustaría mencionar que, en un principio, sólo teníamos sacerdotes, un kit de Misa y 6 hostias. Se estima que 30-40 hostias aparecieron y nadie sabe de dónde. Luego, el sacerdote dividió las hostias en pequeños pedazos para que todos pudieran recibirla. Eran más de 500 personas.

Fue un milagro de Dios que las hostias pudieran ser distribuidas a todos. Las últimas personas recibieron las últimas partículas de dentro del cáliz del sacerdote. Allí habían suficientes hostias para todos.

No sé si eso es científicamente posible, pero eso destaca que no teníamos nada más, ni menos.

¡Alabado sea el Señor!

Actualización:

Algunas personas que asistieron a dicha celebración afirman que no pudieron recibir la Comunión.

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