¿Alguien dudaba de que el Papa Francisco tiene un gran sentido del humor?
En un reciente encuentro con un grupo de jóvenes, su santidad se animó a contar un chiste sobre una señora chismosa habitual asistente a una parroquia.
El sucesor de San Pedro recordó que un amigo cardenal le contó que conocía a un sacerdote “con un gran sentido del humor que en la parroquia tenía a una mujer muy chismosa que hablaba de todos y de todo, y que vivía tan cerca a la iglesia que desde la ventana de su habitación podía ver el altar”.
Esta mujer “iba a Misa todos los días y luego, las otras horas del día las dedicaba a andar por la parroquia, hablando de los demás. Un día estaba enferma y llamó al padre para decirle: ‘Padre, estoy en cama con una fuerte gripe. Por favor, ¿me puede traer la comunión?’, a lo que el sacerdote contestó: ‘No se preocupe. Con la lengua larga que tiene usted, desde su ventana llega al tabernáculo’”.
El papa explicó que menciono lo del chisme porque, para mí es una de las cosas más feas de las comunidades cristianas. ¿Saben que el chisme es terrorismo? ¿Un terrorismo el chisme? Sí, porque un chismoso hace lo mismo que un terrorista: se acerca, habla con uno, bota la bomba del chisme, destruye y se va”.