De rodillas y entre lágrimas, el tenista serbio Novak Djokovic agradeció a Dios por ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París 2024. Las muestras de fe del deportista en este momento histórico han impactado a las redes.

Considerado una leyenda del tenis, Djokovic ganó el oro olímpico frente al español Carlos Alcaraz este 4 de agosto, convirtiéndose en el quinto tenista de la historia en hacer el "Golden Slam" (Slam Dorado).

Para alcanzar un Golden Slam, se debe ganar los cuatro torneos de Grand Slam: Open de Australia, Roland Garros, Wimbledon y US Open, y obtener la medalla de oro en los Juegos Olímpicos en un mismo año.

André Agassi, Rafael Nadal, Steffi Graff y Serena Williams son los únicos tenistas que han logrado este mérito en toda la historia del deporte.

La emoción de alcanzar este gran mérito invadió a Djokovic, quien no pudo contener las lágrimas al terminar el partido. Al caer de rodillas en medio de la pista, el tenista se persigna y eleva sus manos, señalando al cielo. 

Al momento de la premiación, Djokovic también se persignó antes de subir al podio olímpico a recibir la ansiada medalla.

Además, al finalizar el himno de su país, el tenista vuelve a persignarse y besa la medalla, mientras eleva su vista al cielo y apunta hacia arriba.

Al bajar a la pista, en medio de aplausos, se puede ver a Djokovic repetir varias veces “Dios es grande”.

Más adelante, en una entrevista, la leyenda del tenis recibió una foto de su niñez con su primer entrenador, y mientras las emociones lo embargaban, recordó cómo empezó en el tenis y agradeció a Dios por esta bendición.

“Es la primera vez que sostuve una raqueta, tenía 4 años, en Kopaonic Mountain en Serbia. Es la primera vez que me enamoré del deporte. Me trae muchas emociones hermosas. Fue un largo camino, así que estoy muy orgulloso.

Me siento muy agradecido con todas las personas, incluyendo a mi primer entrenador, que me ayudó a enamorarme del tenis. Me siento muy agradecido con toda la gente.

Agradezco a Dios, por darme su misericordia, por darme esta bendición y esta oportunidad. Porque en ese momento era casi imposible alcanzar todas estas cosas. Pero nada es imposible cuando tienes fe, poder y crees en ti mismo”.
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