En alguna ocasión posiblemente hemos escuchado a personas decir que no van a Misa, no están de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia -especialmente en cuestiones morales- pero aun así se consideran más “católicos” que quienes sí participan de la liturgia y la vida de la Iglesia.

Quienes hacen esta afirmación consideran que hacen más obras de caridad que un católico, juzgan menos que un católico y aseguran tener una “relación más profunda” con Dios porque no se basa en una “institución” sino en lo que “siente” u “ora”.

Sin embargo, habría que preguntarse, ¿qué es ser católico? ¿cuándo uno deja de serlo?, y si realmente uno es más católico que otros por seguir ciertos estilos de vida.

¿Qué es ser católico?

Según el Catecismo de la Iglesia Católica (CIC), el católico es aquel bautizado en la Iglesia Católica Romana. El Bautismo es la puerta a la vida cristiana y a los otros sacramentos impartidos por la Iglesia. Por este llegamos a ser miembros de Cristo e incorporados en la Iglesia (CIC 1213).

¿Cuándo uno deja de ser católico?

Nunca. “El Bautismo imprime en el cristiano un sello espiritual indeleble de su pertenencia a Cristo. Este sello no es borrado por ningún pecado, aunque el pecado impida al Bautismo dar frutos de salvación. Dado una vez por todas, el Bautismo no puede ser reiterado” (CIC 1272).

¿Uno puede ser más o menos católico que otros?

Llamarse “católico” no es sinónimo de pertenecer a un club o fraternidad. Es ser parte de Cristo en su Iglesia. Esto es espiritual e indeleble (CIC 1272). Pero ser católico es acoger el “Reino de Dios” en su vida y darla a conocer, viviéndola también en obras (CIC 764).

Hay católicos que viven su fe de manera más intensa que otros, pero todos son católicos ya que ello depende directamente del Espíritu Santo (CIC 1274).

Ahora bien, si alguien sin ser bautizado indica que es más católico que muchos católicos porque obra más bien que algunos, estaría equivocado.

Sí, hay ateos que practican más obras de caridad que algunos (o muchos) católicos. También hay católicos más bondadosos y compasivos que algunos ateos. Pero esto no es sello de cristianismo o pertenencia a Cristo.

Es más, ser bautizado es ser sellado por el Espíritu Santo (CIC 1274) para que dé a conocer la Salvación y que dé frutos (CIC 1272). Para esto es necesario seguir a Cristo y sus enseñanzas (CIC 897, 898), así como respetar su confianza y deseo en el ser humano al instaurar en Pedro la Iglesia (CIC 552), respetar las enseñanzas del Espíritu Santo en el Magisterio (CIC 77, 85) y la Tradición (CIC 83), ya que la Iglesia es un instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano (CIC 775).   

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