María estaba poseída y sufría de intensos ataques por parte del demonio; pero el ayuno de Viernes Santo le mostró que la penitencia tiene un inmenso poder espiritual.
El padre Benigno Palilla es asesor de la Asociación Internacional de Exorcistas y guía del centro de formación Juan Pablo II en Sicilia. En el año 2018 le contó al diario Avvenire el increíble caso de este mujer y cómo el ayuno de ella y su comunidad parroquial la liberaron del demonio.
María levaba cinco años poseída, y no había celebración eucarística en la que no se manifestara un acoso violento hacia ella. “Tuvo reacciones durante la Misa, interfirió con la homilía, con la lectura del Evangelio, pero los fieles que participaron ya estaban entrenados en todo esto, rezaron por ella. El dolor que sufrió esta mujer fue increíble, ella recibió como puñaladas en el cuerpo, se retorció, luego sin razón albergó odio hacia su esposo e hijos“, recuerda el padre Benigno.
Pero al llegar el Jueves Santo de 2017, 50 personas de la comunidad parroquial decidieron ayunar para ayudar a la liberación de María.
Mujer se liberó del demonio en Viernes Santo gracias al ayuno
El sacerdote dijo que la liberación tuvo lugar el Viernes Santo durante el culto a la Cruz: “Recuerdo el banco donde ella estaba alabando al Señor por primera vez. La acompañé a besar la cruz, pero ella la abrazó y empezó a llorar, y pronto toda la comunidad lloró. Además, en el momento de la Comunión pudo recibir la Eucaristía pacíficamente”.
“Fue un momento comunitario extraordinario, una liberación en vivo, en la que todas las personas contribuyeron al ayuno y la oración, incluido un hombre diabético, que no debe ser privado de alimentos por su enfermedad y una niña de siete años que conocía la historia“.
María recuerda: “Siempre me sentí acogida, nunca excluida”. Sus palabras señalan una reflexión del padre Benigno sobre la importancia de la comunidad parroquial.
“A veces, algunas personas tienen miedo de contagiarse, pero yo sería la primera persona infectada, porque estoy entre ellos (18 años). Estas personas ya llevan una cruz, imagínense si una comunidad se aleja de ellos. Hay que ser sensible, misericordioso. El Papa nos invitó a amarlos y tener predilección por ellos”, comenta el sacerdote.
¡Oremos por todas las personas que sufren ataques del demonio!
Este artículo fue traducido y adaptado de Avvenire.