El pasado 21 de junio, la juez Nathalie Lieven, del Tribunal de Protección de Inglaterra, y activista del aborto, dictaminó que una mujer, que hasta ahora no se publicó su identidad, tenía que abortar a su hijo de 22 semanas.
Dicha mujer, proveniente de una familia católica, indicó que quería seguir con su embarazo. Su familia también abogó que la ayudaría en el cuidado del bebé.
Según la página La Vanguardia, ella, a pesar de tener 20 años de edad, tiene un coeficiente intelectual de 6 o 9 años. Los doctores y la asistente social que la evalúan constantemente indicaron que el aborto sería menos traumático para ella que dar a luz.
La madre indicó que quiere ayudar en el cuidado del bebé, sin embargo el tribunal consideró que tampoco tendría lo necesario para cuidar tanto del bebé como a una hija con deficiencia intelectual.
La juez Lieven indicó que se basó en la discapacidad intelectual de la mujer para tomar dicha decisión, y que el aborto sería la opción más saludable para ella.
Por otro lado, explicó que la mujer no entiende lo que significa tener un bebé. Que más que todo lo quiere como si un niño quisiese una buena muñeca.
Buenas noticias
La Corte Inglesa de Apelaciones decidió revertir el lunes 24 de junio la polémica decisión de la jueza. Fueron los jueces McCombe, King y Peter Jackson los que realizaron dicha anulación.
Por otro lado, la vocera de la plataforma provida “Right to Life UK”, Clare McCarthy, indicó que están pidiendo formalmente al Departamento de Salud para que se investigue y revele si estos tipos de fallos han ocurrido en otras ocasiones, y que aseguren que no vuelvan a suceder.