Este fue uno de los momentos más hermosos del 2021, cuando en la Audiencia General del Papa Francisco, un niño se acercó a él y permaneció sentado a su lado.

Su nombre es Paolo Bonavita un niño de 10 años que sufre de epilepsia y autismo. En octubre de 2021 se encontraba en Roma para hacerse exámenes médicos. Su salud había empeorado recientemente de forma tan grave que los médicos temían que pudiera tener un tumor cerebral.

Sin embargo, sucedió algo inexplicable. Tras el encuentro con el Santo Padre, la salud de Paolo comenzó de pronto a mejorar.

“Es un milagro”, dijo su madre, Elsa Morra a Catholic News Agency. “Es un milagro, para nosotros, para mi familia“.

“Es un milagro”: Madre afirma que su hijo sanó tras su encuentro con el Papa Francisco

Este fue el momento en que el niño se acercó al Papa Francisco

El día del encuentro Paolo debía asistir a unos estudios médicos en Roma. Esa mañana, luego de desayunar, él y su madre salieron del hotel cerca de la Plaza de San Pedro y vieron una larga cola para la Audiencia General. En ese momento, el niño se ofuscó porque quería ver al Papa, pero se le informó que era imposible sin tener una reserva.

Sin embargo, una señora que se encontraba allí vio la situación y le preguntó a Elsa por qué Paolo estaba molesto. La madre le contó lo que sucedía, pero resultó que la mujer en cuestión era na líder del grupo Unitalsi , una asociación italiana que ayuda a personas enfermas, ancianas y discapacitadas a realizar peregrinaciones. En seguida les dijo que los ayudaría a entrar a la Audiencia General.

¿Una mejoría en plena Audiencia General?

Cuando se encontraban dentro, en un momento de distracción de la madre, Paolo tomó la iniciativa de acercarse al Papa Francisco. Fue allí que su mamá notó algo increíble.

“Paolo no tiene fuerzas para subir. De hecho, cuando Paolo baja las escaleras necesita un apoyo, una mano o un pasamanos. Pero ese día pudo subir solo“, contó Elsa a CNA.

“Tropezó un poco, dos o tres veces, pero enseguida tuvo el instinto de volver a levantarse. El Señor estaba con él ese día, muy cerca, le había dado la mano, estoy convencida”, dijo su madre.

Más tarde ese mismo día, el Papa Francisco saludó a Elsa. Le tomó la mano y dijo: “¡Signora, forza! Lo imposible no existe para ti. Estaré cerca de ti en oración. Sigue adelante. Has hecho tanto por tu hijo. Eres una súper mamá”.

El cambio de salud de Paolo

La misma noche de la Audiencia General, los médicos llamaron a Elsa y le dijeron que querían realizarle unos análisis a Paolo al día siguiente. Debía volver a su ciudad natal de Bari ya que les preocupaba que Paolo tuviera niveles muy altos de prolactina, una proteína secretada por la glándula pituitaria, que puede aumentar después de los ataques epilépticos.

La madre y el hijo asistieron a la cita el 21 de octubre. Tres días después, un médico llamó a Morra para decirle que el nivel de prolactina de Paolo había caído de un máximo de 157 a 106, aunque los médicos no sabían cómo ni por qué.

Elsa comentó que el 5 de noviembre, algunas semanas después, volvieron para realizarle otros estudios a Paolo. “En dos semanas [el nivel de prolactina de Paolo] bajó a 26, que es otros 80 puntos menos”, explicó la mujer.

También registró un aumento en el nivel de hemoglobina, la proteína que transporta el oxígeno por todo el cuerpo, lo que es fundamental para Paolo, ya que sufre un trastorno sanguíneo llamado talasemia.

Hablando con CBS News en noviembre pasado, se le preguntó a Elsa qué le gustaría decirle al Papa Francisco después de la reunión que le cambió la vida a su hijo.

“Gracias por el milagro”, dijo.

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Este artículo fue traducido y adaptado de Catholic News Agency. 

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