Nota: Hicimos algunos cambios en la redacción de la palabra ab*rto para evitar filtros.
¡La vida comienza en la concepción! 👶
La Iglesia Católica tiene una arraigada posición sobre la santidad de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural.
Además de la tradición y las escrituras que validan esta posición, varios documentos y encíclicas afirman lo que enseña la Iglesia Católica sobre el tema.
Aquí hay cuatro citas poderosas del Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) sobre el tema del ab*rto:
“La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida” (CIC 2270).
“Desde el siglo primero, la Iglesia ha afirmado la malicia moral de todo ab*rto provocado. Esta enseñanza no ha cambiado; permanece invariable. El ab*rto directo, es decir, querido como un fin o como un medio, es gravemente contrario a la ley moral”. (CIC 2271).
“El derecho inalienable de todo individuo humano inocente a la vida constituye un elemento constitutivo de la sociedad civil y de su legislación” (CIC 2273).
"Toda vida humana, desde el momento de la concepción hasta la muerte, es sagrada, pues la persona humana ha sido amada por sí misma a imagen y semejanza del Dios vivo y santo." (CIC 2319).
Oración para poner fin al ab*rto
Señor Dios, te doy gracias hoy por el regalo de mi vida y por la vida de todos mis hermanos y hermanas. Sé que no hay nada que destruya más la vida que el aborto, pero me alegro de que hayas vencido a la muerte por la Resurrección de Tu Hijo.
Estoy listo para hacer mi parte para terminar con el aborto.
Hoy me comprometo a nunca callar, nunca a ser pasivo, a nunca olvidarme de los no nacidos. Me comprometo a ser activo en el movimiento pro vida, y nunca dejar de defender la vida hasta que todos mis hermanos y hermanas estén protegidos, y nuestra nación vuelva a ser una nación con libertad y justicia no solo para algunos, sino para todos, a través de Cristo nuestro Señor.
¡Amén!