¿Estás pensando en elegir un nombre para tu hijo? Monseñor Stephen Rossetti, célebre exorcista estadounidense, comenta que “algo valioso se pierde cuando a un niño no se le da un nombre santo“. ¿Qué significa esto? Aquí está su explicación.

En su artículo titulado “Nombres para niños: ¿del cielo o del infierno?” publicado en Exorcist Diary, Monseñor Rossetti explica la importancia de elegir un buen nombre para los hijos.

La recomendación de un exorcista a la hora de elegir nombre para un niño

“A medida que continúan las sesiones con ‘John’, los demonios se debilitan. Están comenzando a revelar sus nombres: algunos demonios bastante fuertes están presentes, incluidos Asmodeus, Abaddon, Baal y más. Mientras investigo todos los nombres, sigo asombrado de cuántos se usan en los videojuegos”, relata el exorcista.

“En años pasados, era una práctica estándar que los padres cristianos nombraran a sus hijos al nacer con el nombre de un santo favorito. Se piensa que este santo no solo será un modelo a seguir para el niño, sino también un patrón e intercesor”, recuerda.

“Además, se cree que el ‘espíritu’ del santo influye en el nombrado. Si un niño se llamara Miguel, por ejemplo, es de esperar que el Arcángel sea su protector especial. Además, uno podría esperar que el poderoso espíritu de este defensor de la santidad de Dios ( Quis ut Deus ) fuera una fuerza a la que el niño pudiera recurrir”.

Luego monseñor Rossetti explica que “la autoridad de los padres para nombrar a sus hijos es una responsabilidad sagrada. El acto de nombrar algo, dado por Dios a la humanidad, concede un aspecto de autoridad divina (Gen 2:19). Dar un nombre a las cosas significa identificar su verdadera naturaleza“.

Algo valioso se pierde cuando a un niño no se le da un nombre santo. De manera similar, ¿qué dice esto acerca de aquellos que toman el nombre de un demonio o toman a un demonio como ayuda en un videojuego o lanzan hechizos demoníacos? Se podría protestar que es solo un juego. Pero por lo que sé de los demonios, si pueden, lo tomarán como una puerta abierta”, concluye.

¿Tú qué piensas?

Comparte