El censo del 2017 en Chile mostró que el número de fecundidad había bajado drásticamente. El presidente chileno, Sebastián Piñeira, detectó esto como un grave problema.
Tanto, que este mes indicó que se premiará a todas aquellas personas que conciban hijos. Que recibirán un pago mensual por parte del gobierno para ayudar en el crecimiento del bebé.
¿El problema de la falta de natalidad es solo problema de Chile?
Sucede que después de la aprobación del aborto en la mayoría de los países en el mundo, ocurre una catástrofe.
O por lo menos ese adjetivo utiliza Alejandro Macarrón, especialista en fenómenos demográficos.
En una entrevista a la página Libre Mercado, Macarrón indicó que la razón más poderosa por la que no se tiene hijos está en los valores: a los jóvenes de hoy les da pereza traer al mundo y criar a los hijos.
¿Qué dice la Iglesia al respecto?
Las últimas declaraciones del Papa Francisco sobre el aborto fueron contundentes. El Santo Padre comparaba abortar con el contrato de un sicario.
Recordó que abortar a un bebé es un pecado, sin importar si este se encuentre enfermo o tenga alguna discapacidad.
El pasado junio el Papa dijo: “¿Vosotros os preguntáis por que hoy no vemos tantos enanos por la calle? Porque el protocolo de tantos médicos –tantos, no todos– es hacer la pregunta: ‘¿Llegan mal?’ Lo digo con dolor. En el pasado siglo todo el mundo se escandalizaba por lo que hacían los nazis para curar la pureza de la raza. Hoy hacemos lo mismo, pero con guantes blancos”.
Roguemos a Dios para que presidentes como el de Chile se den cuenta del grave error del aborto. Y para que nosotros podamos ser más activos en la concientización del terrible error que es practicarlo.