El Papa Francisco se convierte en el primer Papa, desde el siglo XIII, en abrir una Puerta Santa en L’Aquila. Hace 728 años fue abierta por última vez en la Basílica de Santa Maria di Collemaggio.
Durante una visita a la ciudad italiana, el Papa participó en una tradición centenaria, el Perdón Celestino, conocido en italiano como Perdonanza Celestiniana.
La bula decretada por el Papa Celestino V en 1294 otorga la indulgencia plenaria a todos los que se dirijan, entre el 28 y 29 de agosto de cada año, en peregrinación a la Basílica de Collemaggio, de manera que, en 2022, el Jubileo finaliza este lunes 29 de agosto.
La apertura de la Puerta Santa marcó un momento clave en la celebración anual instaurada por este Sumo Pontífice del siglo XIII.
Francisco se convierte el primer Papa en 700 años en abrir una Puerta Santa en L’Aquila
“Durante siglos L’Aquila ha mantenido vivo el regalo que le dejó el Papa Celestino V. Es el privilegio de recordar a todos que con misericordia, y solo con ella, la vida de cada hombre y mujer puede ser vivida con alegría”, dijo el Papa Francisco en su homilía.
“Ser perdonado es experimentar aquí y ahora lo que más se acerca a la resurrección. El perdón es pasar de la muerte a la vida, de la experiencia de la angustia y la culpa a la de la libertad y la alegría. Que esta iglesia sea siempre un lugar donde podamos reconciliarnos y experimentar esa gracia que nos pone de nuevo en pie y nos da otra oportunidad”, agregó el Santo Padre.
Luego el Papa Francisco rezó ante la tumba del Papa Celestino V.
Cuando se anunció hace algunos meses que el Santo Padre visitaría L’Aquila para abrir una Puerta Santa, comenzaron a circular rumores de una posible renuncia.
Las conjeturas estuvieron alimentadas, por un lado, por la renuncia del Papa Celestino V el 3 de diciembre de 1294.
Ahora bien, si Celestino V renunció hace más de 700 años, ¿por qué cobra relevancia actualmente? Cuando Benedicto XVI se convirtió en el primer Papa en renunciar en casi 600 años en 2013, los observadores del Vaticano recordaron que había visitado la tumba de Celestino V años antes.
Durante su viaje el 28 de abril de 2009, dejó su palio, la vestidura de lana blanca que se entrega a los arzobispos metropolitanos, sobre la tumba. En retrospectiva, los comentaristas sugirieron que estaba indicando su intención de renunciar.
Sin embargo, la actual situación del Papa Francisco es distitnta y los rumores de su renuncia son infundados.
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