Es el monumento más visitado de Barcelona y, después de 137 años construyéndose, finalmente estará terminado. Se calcula que la obra debería estar terminada en el 2026, en 7 años.  

El edificio puede alcanzar los 172 metros, convirtiéndose en el más alto de la metrópolis catalana.

Arquitecto y cristiano ejemplar  

Su principal arquitecto, Antoni Gaudì, nació el 26 de junio de 1852 en Reus, Cataluña, noreste de España, y desde temprana edad pudo imaginar y trabajar las formas y los volúmenes de las cosas gracias al trabajo de su padre, que era caldero industrial (constructor de depósitos).

Fue alumno de la escuela secundaria Scolopi, donde adquirió una sólida educación religiosa. Se trasladó a Barcelona y se matriculó en la Facultad de Arquitectura de la Escuela Técnica Superior de Barcelona.

No se casó, cuidó de su padre durante su larga vejez, y de una sobrina huérfana y enferma, que constituía su pequeña familia.

En 1883, a la edad de 31 años, recibió el encargo de dirigir la construcción del Templo de la Sagrada Familia, cuyas primeras piedras habían sido puestas recientemente.

Gaudí puso su arte y todas sus energías al servicio de la gloria de Dios durante los 43 años que trabajó en esta obra; especialmente durante los últimos 10 años de su vida, en los que se dedicó exclusivamente a la basílica.

La amistad de Gaudí con algunos religiosos, como el venerable Torres I Barges, San Enrico d’Ossò, fundador de la Congregación de Santa Teresa de Jesús, y el Padre Agustì Mas, su confesor, tuvieron un papel importante en la asimilación de los principios, de la liturgia y de la doctrina social de la iglesia.

Murió a la edad de 73 años, atropellado por un tranvía en uno de sus paseos habituales por las calles de Barcelona. Los que lo ayudaron no lo reconocieron porque estaba vestido como un hombre pobre.

Dos días después del accidente dijo sus últimas palabras: “Amén, ¡Deu Meu! ¡Deu Meu!” (Amén, ¡Dios mío! ¡Dios mío!).

Fuente: Wikipedia

Una obra impresionante

En el otoño de 1982, el Santo Padre Juan Pablo II visitó Barcelona y, desde la gran arquitectura de Gaudí, declaró en su Ángelus:

Este Templo de la Sagrada Familia es una obra que aún no está terminada pero que recibe solidez desde un principio; recuerda y resume otra construcción… Otra construcción hecha con piedras vivas: la familia cristiana, donde la fe y el amor nacen y crecen sin cesar“.

La Sagrada Familia, el edificio emblemático de Barcelona, ​​atrae a miles de visitantes de los cinco continentes cada año. Sus formas arquitectónicas muy originales representan símbolos extraídos de la naturaleza y la fe cristiana.

¡Habrá que ir a visitarla! Oremos por Antoni Gaudì y por los futuros frutos de esta basílica.

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