El profesor de Harvard Arthur Brooks compartió con más de 17 mil estudiantes universitarios católicos que la felicidad es una puerta de entrada al Cielo. ¿Podría tener la fórmula secreta para alcanzar una felicidad que perdure?
La conferencia SEEK25 de FOCUS comenzó el Día de Año Nuevo, reuniendo a miles de estudiantes universitarios de todo el país en Salt Lake City, Utah (Estados Unidos). Con cinco días de conferencias magistrales enfocadas en diversos aspectos del Evangelio, el primer día se centró en cómo la humanidad fue creada para estar en relación con Dios.
Después de la Misa de apertura, el profesor, autor y columnista de The Atlantic, Arthur Brooks, subió al escenario y se presentó como un experto en la enseñanza de la felicidad.
Como profesor de uno de los cursos más populares de la Escuela de Negocios de Harvard, Brooks mencionó que 450 estudiantes están en lista de espera para tomar su “clase de la felicidad”. Además, destacó la alta demanda del curso, comentando: "Incluso hay un enlace de Zoom ilegal que creen que desconozco".
La clase está basada puramente en la ciencia, pero Brooks señala que la principal pregunta que recibe de los estudiantes es: “¿Cómo puedo enamorarme, casarme, permanecer casado y formar una familia?”, seguida de preguntas sobre su fe.
Brooks mencionó que en el primer día de clases de cada semestre, comienza diciéndoles a sus estudiantes que su fe católica es lo más importante en su vida y que asiste a Misa todos los días.
“Vienen buscando felicidad, pero en realidad están buscando a Dios”, afirmó.
Brooks desglosó el significado de la “felicidad” y los tres “macronutrientes” que la componen:
1) Disfrute
“El mundo moderno a menudo confunde el disfrute con el placer”, compartió Brooks.
Mientras que el placer es solo la sensación de algo que agrada, el disfrute implica la capacidad de experimentar placer junto a otras personas y preservar el recuerdo de esa experiencia. Este es el primer componente de la felicidad.
2) Satisfacción
De manera similar a la sensación de hambre, cuando se come en un estado de necesidad, la satisfacción es mayor. Sin embargo, esa satisfacción siempre es temporal. Brooks ofreció una definición de satisfacción que va más allá de una comida o una buena calificación en un examen:
“La verdadera satisfacción es todo lo que tienes dividido por lo que deseas”.
Aunque el numerador puede crecer indefinidamente al perseguir dinero, fama y éxito, nuestros deseos disminuyen cuando nos desapegamos de lo mundano y buscamos lo que sirve a nuestra fe.
3) Sentido
Existen dos preguntas que han sido científicamente probadas para determinar si una persona reconoce el sentido de la vida:
“Para aprobar este test, debes tener respuestas a estas dos preguntas; para fallarlo, basta con decir que no hay respuestas”, dijo Brooks.
Las preguntas son:
1. ¿Por qué estás vivo?
2. ¿Por qué estarías dispuesto a dar tu vida felizmente?
Durante años, estas han sido preguntas sobre las cuales los estudiantes de negocios de Harvard han escrito ensayos, formulado preguntas y buscado respuestas. En cuanto a Brooks y su familia, compartió que las respuestas se encuentran en su fe católica, en el amor a la familia y en el servicio a los demás.
Brooks concluyó afirmando que la verdadera importancia de convertir el placer en disfrute, disminuir nuestros deseos y encontrar sentido en la vida radica en que “nadie quiere seguir a un misionero infeliz… cuanto más feliz seas, más curiosos estarán sobre la fuente de tu felicidad, y te seguirán con mayor disposición. Te seguirán a Misa, y quién sabe, tal vez te sigan al Cielo”.