Un gran milagro fue la aparición de Nuestra Señora de Pompeya a una joven llamada Fortuna Agrelli.

El 3 de marzo de 1884, la Santísima Virgen María se apareció a Fortuna Agrelli. María estaba sentada en un trono elevado con el Niño Jesús en su regazo y un rosario en la mano. Los acompañaban Santo Domingo y Santa Catalina de Siena.

Durante trece meses, la joven Fortuna soportó un inmenso sufrimiento y dolor. Sus médicos se rindieron, considerando su caso sin esperanza. Pero, aferrándose a su último rayo de fe, la joven y su familia comenzaron una novena de Rosarios, implorando con desesperación la intercesión de la Virgen María.

“Reina del Santo Rosario, ten misericordia de mí, ¡devuélveme la salud! Ya te he rezado en una novena, oh María, pero aún no he experimentado Tu ayuda. ¡Estoy tan ansiosa por ser curada!”, suplicó la joven Agrelli.

Nuestra Señora respondió:

Me has invocado con varios títulos y siempre has obtenido favores míos.
Ahora que me has llamado por el título tan grato para mí, ‘Reina del Santo Rosario’, ya no puedo rechazar el favor que me pides; porque este nombre es el más preciado y querido para mí.
Haz tres novenas y obtendrás todas”.

Nuestra Señora se apareció una segunda vez y dijo:

“Quien desee obtener favores de mí, debe hacer tres novenas de los rezos del Rosario en petición y tres novenas en acción de gracias”.

Finalmente, después de completar las seis novenas del Rosario, la joven fue curada.

La intercesión de Nuestra Señora en favor de Agrelli dio origen a la milagrosa Novena del Rosario de 54 días.

La curación de Agrelli por intercesión de la Virgen María tuvo un profundo impacto en el Papa León XIII, quien animó a todos a valorar el Rosario y a rezarlo con fervor.

Esta poderosa novena consiste en rezar el Rosario cada día durante 27 días en petición, y luego otro Rosario diario durante 27 días en acción de gracias, siguiendo los Misterios correspondientes indicados para cada jornada.

Así, la Novena del Rosario de 54 días está compuesta por seis novenas consecutivas de nueve días cada una, que incluyen tres novenas de petición y tres novenas de agradecimiento. (En este enlace se puede encontrar una guía para rezar esta novena).

Las promesas de Nuestra Señora de Pompeya y de la Novena del Rosario de 54 días son faros de esperanza para un mundo atormentado por un océano turbulento de preocupaciones y temores.

En los casos más desesperados, cuando parece que toda esperanza se ha perdido, esta novena de Rosarios nos permite suplicar la intercesión de la Virgen María, para que la Santísima Virgen nos conceda el favor que con tanta confianza pedimos.

¡Reina del Santísimo Rosario, ruega por nosotros!

Comparte