El Papa Francisco apoya la prohibición de bendecir uniones del mismo sexo

La Oficina Doctrinal del Vaticano publicó una respuesta sobre la bendición de las uniones entre personas del mismo sexo.

El prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Luis Ladaria, y el secretario arzobispo Giacomo Morandi firmaron la respuesta aprobada por el Papa Francisco.

El documento se abre con la pregunta: ” ¿Tiene la Iglesia el poder de dar la bendición a las uniones de personas del mismo sexo?”

“Negativo”, responde el documento.

El Papa Francisco apoya la prohibición de bendecir las uniones entre personas del mismo sexo

“Al género de los sacramentales pertenecen las bendiciones, con las cuales la Iglesia ‘invita a los hombres a alabar a Dios, los anima a pedir su protección, los exhorta a hacerse dignos, con la santidad de vida, de su misericordia’”, comienza la respuesta.

La Iglesia Católica enseña que las personas con tendencias homosexuales “ deben ser aceptadas con respeto, compasión y sensibilidad ” , pero que los actos homosexuales son “intrínsecamente desordenados ” y que “no pueden recibir aprobación en ningún caso”. En cambio, “las personas homosexuales están llamadas a la castidad “. (CIC 2357-2359)

Debido a que una unión matrimonial debe ajustarse al orden del diseño de la creación de Dios , “una bendición sobre algunas relaciones humanas se necesita – más allá de la recta intención de aquellos que participan – que aquello que se bendice esté objetiva y positivamente ordenado a recibir y expresar la gracia”.

“No es lícito impartir una bendición a relaciones, o a parejas incluso estables, que implican una praxis sexual fuera del matrimonio (es decir, fuera de la unión indisoluble de un hombre y una mujer abierta, por sí misma, a la transmisión de la vida), como es el caso de las uniones entre personas del mismo sexo”.

El documento también fomenta la castidad para aquellos con tendencias homosexuales y los llama a vivir en santidad. Añade que los sacerdotes y las comunidades están llamados a acoger, amar y rezar por y con ellos .

“Dios mismo no deja de bendecir a cada uno de sus hijos peregrinos en este mundo, porque para Él ‘somos más importantes que todos los pecados que nosotros podamos hacer’

Pero no bendice ni puede bendecir el pecado: bendice al hombre pecador, para que se reconozca como parte de su designio de amor y se deje cambiar por Él. Él, de hecho, ‘nos toma como somos, pero no nos deja nunca como somos’”.

“La declaración de ilicitud de las bendiciones de uniones entre personas del mismo sexo no es por tanto, y no quiere ser, una discriminación injusta, sino reclamar la verdad del rito litúrgico y de cuanto corresponde profundamente a la esencia de los sacramentales, tal y como la Iglesia los entiende”.

“Por estos motivos, la Iglesia no dispone, ni puede disponer, del poder para bendecir uniones de personas del mismo sexo en el sentido anteriormente indicado.”.