Si quieres vivir el Evangelio día a día, ¡no te puedes perder estas útiles meditaciones! El padre Agustino Torres colabora en el proyecto Corazón Puro y nos regala a diario sus reflexiones para que podamos vivir en plenitud el mensaje de Cristo.

Aquí te dejamos la primera de las meditaciones de esta semana:

 

Meditación del primer domingo de Cuaresma (Mt. 4, 1-11)

“Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu”

“Muchas veces hablamos de ser dóciles al Espíritu Santo verdad, pero en realidad lo que estamos diciendo es de ser dóciles cuando el espíritu nos trae bendiciones, cuando el espíritu nos lleve a una persona que necesita ayuda, cuando el Espíritu Santo no está llevando a algo bueno.

¿Pero qué tal si el Espíritu Santo nos está llevando a un desierto? El desierto también puede ser bendición.

De hecho en el desierto es donde profundizamos nuestro encuentro con el señor. Es en el desierto donde uno aprende como depender completamente en el Señor, es en el desierto que uno aprende a amar de nuevo, donde todas las razones que hemos tenido para seguir al señor se renuevan.

¿Cuál es el desierto al que el Espíritu Santo te está conduciendo? ¿Cuáles son las cosas que el Espíritu Santo te quiere revelar ahí en ese desierto?

Es difícil, es doloroso, pero es necesario porque tenemos que cambiar.

¿Cuándo fue la última vez que te miraste en el espejo y que te dijiste: ‘oye, ya e tiempo de cambiar’?

Ayer ya pasó, yo quiero ser transformado en el Señor. Aquí el Espíritu Santo te está invitando, te está conduciendo a un desierto. Pero no estás solo en este desierto, el Señor Jesús va caminando. Es tiempo de dejarse ser guiado, de ser dócil a la obra que el Espíritu Santo quiere hacer en tu corazón.

Hoy es el día de ser transformado en el desierto al que el Espíritu Santo te está conduciendo”.

Reto para Cuaresma

¿Qué hermosa la primera de estas meditaciones semanales, verdad? Pero ahora, el padre agustino nos deja un reto semanal para esta Cuaresma:

“Tomar un día de cada semana de Cuaresma, de vivirlo “unplugged”, o sea, de no estar conectado a su teléfono, de no estar siempre conectado a la Internet.

Entiendo que va a ser difícil pero tenemos que intencionalmente separarnos del mundo. Cristo siempre subió a la montaña para rezar. Todos los santos tomaron tiempo en monasterios, en lugares lejanos para entrar en una oración más profunda.

¿Cómo crees que vas a profundizar tu vida de oración si no te separas de las distracciones del mundo?

Te invito que intencionalmente te separes de tantas distracciones. Si puedes, que tomes un retiro personal de dos o tres días en pleno silencio”.

¡Qué bella reflexión! ¡No pierdas la oportunidad de seguir día a día estas meditaciones!

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