En Italia se encuentran algunas de las iglesias más bellas del mundo y muchos tesoros escondidos. Uno de estos templos es el Santuario Madonna della Corona, ubicado al borde de una montaña y que atrae a miles de peregrinos por su mística y paisajes impresionantes.
Esta iglesia suspendida entre el cielo y la tierra parece el escenario de una película o la fotografía perfecta para un rompecabezas. Fue construida en siglo XVI en el Monte Baldo, en la provincia de Verona, al norte de Italia.
Ha sido remodelada y ampliada en varias ocasiones y en 1982 se le otorgó el título de “Basílica Menor”. Seis años después fue visitada por San Juan Pablo II.
Los peregrinos visitan este bello lugar para orar, relajarse y contemplar la bella creación del Señor. Cuenta con capillas y alberga diversas obras de arte. Está abierta todo el año y los horarios (casi todo el día) varían según las estaciones y el clima.
Se puede llegar al por tren o automóvil, pero hasta cierto punto porque tendrás que subir más de mil escaleras hasta alcanzar el templo. Para aliviar la subida y ofrecer el esfuerzo, hay un Vía Crucis que podrás rezar mientras avanzas. El esfuerzo valdrá la pena.
¡Si viajas a Italia ya sabes qué lugar no puedes dejar de visitar!
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