A veces nos quedan dudas sobre la confesión, pues no es un momento fácil, requiere preparación y disposición de corazón.

El Papa Francisco decía que “el sacramento de la Reconciliación es un sacramento de curación”. 

«Cuando yo voy a confesarme es para sanarme, curar mi alma, sanar el corazón y algo que hice y no funciona bien. (…) El perdón de nuestros pecados no es algo que podamos darnos nosotros mismos. Yo no puedo decir: me perdono los pecados. El perdón se pide, se pide a otro, y en la Confesión pedimos el perdón a Jesús. El perdón no es fruto de nuestros esfuerzos, sino que es un regalo, es un don del Espíritu Santo».

Confesarse bien implica valentía, sinceridad, humildad y un verdadero deseo de reconciliación con Dios. Aquí les dejamos algunas señales de que es buena la confesión, junto con consejos para mejorar si aún tenemos dudas sobre cómo es la confesión.

Pregúntate a ti mismo: 

1. Examinar nuestra conciencia con sinceridad

¿Lo hago bien? Tomarse un tiempo antes de confesarse para reflexionar sobre nuestros actos, pensamientos y omisiones, usando guías como los Diez Mandamientos, las Bienaventuranzas o algunas preguntas. Nos puede ayudar tener un espacio diario, cada día, donde en un par de minutos examinemos cómo ha sido nuestro día. Esto servirá para que cada vez nos confesemos mejor, más claro y más conciso.

¿Necesito mejorar? Hacer el examen de conciencia a última hora o sin profundidad. Podemos olvidar pecados importantes o no reconocer patrones de conducta que se convierten en pecados recurrentes.

2. Dolor de nuestros pecados (contrición)

¿Lo hago bien? Estamos dolidos por haber ofendido a Dios, no solo por miedo al castigo, sino por amor a Él y por deseos de querer amarlo más y no hacer nada que atente con ese amor.

¿Necesito mejorar?  Si solo nos preocupa evitar el infierno o “quedar bien”, aquí estamos pensando sólo en nosotros mismos.

3. Confesarnos con claridad y sinceridad

¿Lo hago bien? Una vez que nos hemos preparado, debemos buscar un sacerdote y un confesionario. Es un diálogo en el que el sacerdote nos escucha. Es importante nombrar los pecados, sin justificarlos ni ocultarlos. Ser honesto y no retener nada importante.

¿Necesito mejorar? Si omitimos un pecado grave a propósito, la confesión no es válida. Si nos da vergüenza, recordemos que el sacerdote actúa in persona Christi (en nombre de Cristo), y que él mismo también se confiesa.

4. Cumplir la penitencia

¿Lo hago bien? Si cumplimos lo que el sacerdote nos da como penitencia lo antes posible, con espíritu de reparación y reconciliación.

¿Necesito mejorar? Si lo olvidamos o lo posponemos, la idea es llevar a cabo la penitencia en cuanto la  recordemos, incluso si ha pasado tiempo.

5. Propósito de enmienda

¿Lo hago bien? Aunque podamos volver a caer, tenemos una intención real de evitar el pecado, cambiar de hábitos y evitar ocasiones de caer.

¿Necesito mejorar? Si confesamos algo sin intención de cambiar, la confesión pierde sinceridad y se convertirá en un acto vacío.

En resumen, podemos hacernos estas preguntas: ¿Me preparé con oración y examen de conciencia?, ¿fui honesto y claro al confesar mis pecados?, ¿sentí arrepentimiento sincero?, ¿quiero cambiar y evitar volver a pecar?, ¿cumplí la penitencia?

El Sacramento de la Confesión nos devuelve la gracia que habíamos perdido por el pecado, nos da fuerzas para continuar y nos permite mantenernos humildes y dispuestos a cumplir el plan de Dios en nuestras vidas.

Comparte