En nuestra Santa Iglesia Católica también hay espacio para tomar ciertas cosas con sentido del humor. Por eso, hoy les compartimos algunos chistes cristianos que podrán contar en sus grupos parroquiales.
El aeropuerto
– ¿Por qué el aeropuerto internacional de Galicia pidió una iglesia a la que asistiera varias veces algún obispo?
– Para confirmar los vuelos…
Yuca Tigre Catorce
Llega un campesino a una iglesia para bautizar a su primogénito, y el cura le dice:
– ¿Cómo le vas a poner a tu hijo?
– Póngale Yuca Tigre Catorce
– ¡Cómo!, exclama sorprendido el Cura, ¿Yuca Tigre Catorce?
– Sí señor Cura, exclama el campesino
– No, hijo mío, eso no puede ser, ese nombre no es cristiano.
– ¿Que no es cristiano?, entonces ¿Por qué hay uno que se llama Papa León Trece?
Adan y Eva Perez
¿Sabían que Adán y Eva, nuestros primeros padres, se apellidaban “Pérez”?
Es que Dios les dijo: “si comen de este fruto Pérez serán”.
La lluvia
Un grupo de campesinos se encontraba sin una gota de agua, y sus tierras estaban secas por completo, así que fueron al pueblo más cercano para pedir una imagen de Jesús.
– ¡Padre! – le dijeron a un sacerdote – necesitamos que nos preste una imagen de Jesús.
– ¿Y para qué la quieren?- dije el sacerdote.
– Para llevarla al cerro y que nos haga el milagro de que llueva un poco.
– Está bien, lleven la imagen.
Pues los campesinos se van gustosos, y en eso que empieza a llover y los ríos se desbordaron; hubo muchas inundaciones y las chozas se destruyeron. Después fueron con el sacerdote.
– ¡Padre! – dijeron muy molestos – venimos a entregarle su imagen y a pedirle que nos preste una de la Virgen.
– ¿Y para qué la quieren, hijos?
– ¡¡¡Pues para que vaya a ver lo que hizo su hijo!!!
Los tres hijos
Tres señoras empiezan a hablar de sus hijos:
– Uy, tienen que ver a mi hijo. Ya es sacerdote y todos lo respetan. Tanto así que si va por la calle, la gente le dice: “Bendición, padre, bendición”.
– Eso no es nada. Mi hijo ya es obispo y, por donde camina, todas las personas le dicen: “Su Eminencia, pase usted… Su Eminencia, qué grato verlo…”
– Ja… como que entonces mi hijo lleva las de ganar. Mi hijo es tan, pero tan gordo, que cuando la gente lo ve pasar por la calle, se persigna y dicen: “Dios mío…”
¿Fumar y rezar?
Un jesuita y un dominico discutían sobre si al rezar había que apagar el cigarrillo. El jesuita decía que no era necesario, y el dominico pensaba que sí. Para resolver el problema decidieron que sea el Papa quien defina el asunto.
Ya ante el Santo Padre, el dominico dijo: “Santidad ¿se puede fumar mientras se reza?”. El Papa no lo dudó mucho: “No. La oración requiere una ascesis para que cuerpo y alma se afilen hasta llegar a Dios: nada debe estorbar ese empeño”. El dominico sonrió triunfante.
El jesuita se puso en pie y se dirigió al Papa: “Santidad, quizás no ha entendido bien nuestra pregunta. No es su culpa, es que nos hemos expresado mal; pemítame, por eso, que vuelva a preguntarle: ¿se puede rezar mientras se fuma?”. El Papa tampoco dudó: “Naturalmente, hijo mío. Cualquier momento es bueno para alabar al Creador”.
El padrecito en el avión
Era la primera vez que el padre López viajaba en avión. Estaba muy emocionado contemplando las nubes cuando de pronto es interrumpido por la aeromosa.
– ¿Qué desea, padre? ¿un whisky en las rocas o un tequilita?
– Dígame usted primero ¿a qué altura volamos?
– A 18000 metros.
– Señorita, deme entonces un té de manzanilla, porque andamos muy cerca del Jefe.
Un niño muy bueno
El catequista le pregunta a un alumno suyo:
– Manuelito, ¿cómo estás?
– Muy bien pues siempre me porto bien.
– ¿Sí? Qué bueno. A ver, ¿haces siempre tus oraciones?
– Claro, todas las noches siempre rezo.
– Excelente. ¿Y en las mañanas?
– No, en las mañanas ya no me da miedo…
Un médico cruel
Un médico le dice al paciente:
– Figúrese que su enfermedad es como una parroquia abandonada…
– ¿Cómo? ¿qué quiere decir?.
– ¡¡¡Es que no tiene cura!!!
Un parroquiano violento
Un señor va a la iglesia y se pone a rezar frente a una preciosa imagen de San Pedro:
– Por favor, haz que mañana llueva o te rompo con un martillo.
El parráco escuchó esto y escondió la imagen de San Pedro reemplazándola por una más chiquita para que el individuo no rompiera la más grande.
Al día siguiente, va el señor a la iglesia y le dice a la nueva imagen:
– Pedrito, ¿dónde está tu papá?
Un enfermo con sentido del humor
Un sacerdote fue a visitar a un enfermo. Tocó a la puerta pero no le abrieron. Antes de retirarse, tomo su tarjeta, escribió en ella: “Apocalipsis 3, 20” y la dejo pegada a la puerta.
El lunes siguiente, al contar la colecta del domingo, encontraron en ella la tarjeta del padre. Junto a su cita bíblica habían añadido otra: “Génesis 3,10”. El padre pronto descubrió el buen sentido del humor de su feligrés.
- Apocalipsis 3,20: “Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me
abre la puerta, entraré en su casa…” - Génesis 3,10: “Te oí andar por el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo; por eso me escondí.”