El inicio de un nuevo año suele despertar en nosotros el deseo de mejorar y alcanzar metas, pero ¿qué tal si este 2025 en lugar de acumular propósitos, decides enfocarte en dejar atrás hábitos que afectan tu relación con Dios, contigo mismo y con los demás?

En un artículo para National Catholic Register, la especialista en medios digitales, Debbie Cowden, compartió una lista de conductas a las que podemos renunciar para transformar nuestra vida espiritual y fortalecer nuestras relaciones.

Estas son los 5 hábitos que todos deberíamos abandonar en 2025 y las razones para hacerlo:  

1. Pasar demasiado tiempo en el celular  

Un estudio reciente reveló que los adultos pasan más de 4,5 horas al día en sus teléfonos.  

¿Por qué es perjudicial? Esta costumbre resta valiosos momentos con la familia, reduce la productividad e incluso puede considerarse como una forma de robar tiempo de trabajo. Además, impacta negativamente las relaciones personales y da un mal ejemplo a los hijos. El uso del teléfono mientras se conduce también pone en riesgo la seguridad, aumentando la probabilidad de accidentes, daños materiales e incluso tragedias fatales.

¿Qué se puede hacer? Utiliza aplicaciones o métodos que te permitan controlar el uso excesivo del teléfono. Comprométete a desconectarte durante ciertos momentos del día, especialmente antes de dormir. Notarás una mejora significativa en tu calidad de vida al liberarte de esa dependencia.

2. Llegar tarde constantemente  

Cowden señaló que ella también ha puesto muchas excusas por llegar tarde, especialmente como madre de cuatro hijos, pero es un hábito que se debe eliminar.

¿Por qué es perjudicial? Aunque existen razones legítimas para los retrasos ocasionales, la impuntualidad crónica puede considerarse una falta de caridad, ya que no respeta el tiempo de los demás, genera costos laborales innecesarios, altera el flujo de las actividades (como en la Misa) y, en algunos casos, puede conducir a acciones imprudentes, como manejar de manera temeraria.

¿Qué se puede hacer? Acepta que toma más tiempo de lo esperado ir de un lugar a otro, y agrega tiempo de margen a tu agenda. Cowden señaló que, en su caso, sabe que necesita al menos 15 minutos extra para salir de casa con cuatro niños.

3. Cancelar planes a última hora

El hábito de “fallar” repetidamente a los compromisos demuestra falta de consideración hacia los demás.  

¿Por qué es perjudicial? Cuando cancelamos con frecuencia, las personas pierden la confianza en nuestra fiabilidad y, como resultado, dejan de considerarnos para futuras ocasiones.

¿Qué se puede hacer? No te comprometas a menos que estés seguro de que puedes cumplir. Si identificas esta tendencia en ti, reflexiona sobre sus causas: ¿estás sobrecargado de tareas? ¿Aceptaste por obligación? ¿Cancelas por algo que parece "mejor"? Sé honesto contigo mismo y trabaja en cambiar este hábito.

4. No tener un presupuesto, un horario y un plan de comidas

El dinero ya es un tema delicado en muchas parejas; de hecho, el 34% de los adultos en relaciones lo mencionan como fuente de conflictos. Además, estudios indican que las rutinas son especialmente beneficiosas para los niños.

¿Por qué es perjudicial? ¡No tener esta tríada de organización no es un pecado! Sin embargo, la falta de planificación perpetúa malos hábitos, como la impuntualidad, compromisos incumplidos, gastos impulsivos, desperdicio de comida, etc. Puede causar discusiones entre los cónyuges y privar a los niños de estabilidad.

¿Qué se puede hacer? No hay necesidad de complicarlo demasiado. Cowden señaló que en su familia usan un calendario sincronizado de Google para horarios de trabajo y actividades, y un método tradicional, con papel y bolígrafo, para gestionar tareas diarias como la escuela, los mandados, las comidas y la Misa diaria, además incluyen la intención de oración del día. Encuentra un sistema que funcione para ti y cúmplelo.

5. Descuidar la oración y el tiempo para Dios  

Dios nos creó para conocerlo, amarlo y servirle, pero cuando llenamos nuestros días de trabajo, estudios y actividades, ¿cuánto tiempo le dedicamos a Él?  

¿Por qué es perjudicial? Un día correctamente ordenado tiene un equilibrio entre trabajo, descanso, recreación y oración. Cuando estamos "demasiado ocupados", generalmente nuestra vida de oración es la que sufre. Como resultado, le robamos deliberadamente a Dios el tiempo y la atención que merece. También nos estamos robando a nosotros mismos y a nuestras familias las gracias de rezar juntos y recibir los sacramentos con frecuencia.

¿Qué se puede hacer? ¡Haz que este sea el año en el que devuelvas tu corazón y tu mente a Dios! No importa cuán ocupado estés, es posible reorientar tu vida hacia Dios.

¡Haz de estos propósitos una realidad en 2025!

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