San Josemaría Escrivá afirmaba que “un cristiano sin oración es como un soldado sin armas”, y en esta batalla espiritual, la Iglesia nos brinda estos 5 hábitos para mantener viva la fe en la vida diaria.

Como católicos, además del gran tesoro de los sacramentos, tenemos una amplia tradición que nos brinda diversas prácticas devocionales para ayudarnos a mantener la mirada en Dios en la rutina del día a día.

Estas 5 prácticas pueden ayudarte a mantener viva la fe en tu vida diaria:

1. Oración de la mañana

Una excelente manera de comenzar el día es ofreciéndolo a Dios, encomendándole al Señor todas las actividades que realizaremos y pidiéndole la gracia de realizarlas bien. 

Puedes usar cualquier oración que conozcas, presentar tus propias intenciones o incluso rezar con las oraciones de las Laudes (Liturgia de las Horas).

2. Lectura espiritual

Una de las mejores opciones de lectura espiritual son los Evangelios y la Liturgia diaria, también puedes leer buenas homilías, libros sobre la vida de los santos y el Catecismo de la Iglesia Católica. Así, sabiendo más sobre la fe, es posible crecer aún más en la amistad con Dios. 

Por lo general se recomiendan 15 minutos para empezar, pero puedes ir incrementándolo a medida que desarrolles tu vida espiritual.

3. Oración mental

Santa Teresa decía que “la oración no consiste en hablar mucho, sino en amar mucho”, así que no veas este momento como una lista de peticiones o cosas memorizadas que debes decir. Aprovecha este momento para hablar con Dios como amigo, presentándole tu vida, tus dolores, alegrías, tu familia, tus luchas, tus sueños... Dios te ama, te escucha y, aunque ya sabe por lo que estás pasando , Le gusta saber de ti. 

Puedes empezar este momento de comunicación con Dios con 15 minutos, e ir aumentando a medida que se vuelva más “natural” para ti.

4. Rosario

En vísperas de su muerte en la cruz, Jesús, mirando a su amado discípulo Juan, le dio a María por madre, y así, todos nosotros, sus discípulos, la recibimos también como madre nuestra. 

Ella es el camino corto y seguro hacia Dios, porque supo ser obediente y hacer como nadie la voluntad del Padre, por eso estar cerca de ella nos hace querer ser fieles a Dios y caminar hacia la santidad. Como Madre y Maestra quiere cuidarnos y llevarnos al Cielo.

5. Examen de conciencia

No importa cuánto luchemos con el pecado durante el día, sabemos que muchas veces terminamos lastimando al corazón de Jesús con nuestras actitudes, pensamientos y omisiones. Por eso, el momento antes de dormir es una excelente oportunidad para presentarnos ante Dios con nuestras debilidades, lo que hicimos mal, pedir perdón y hacer la intención de intentar ser mejores mañana.

Recuerda: Dios siempre nos perdona, somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón. ¡Siempre es hora de empezar de nuevo!

¿Qué más agregarías a la lista?

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