El agua bendita es uno de los sacramentales más conocidos de la Iglesia Católica. Aunque muchos la usan regularmente, pocas personas conocen su verdadera origen y propósito.

Te mostramos algunas curiosidades sobre el agua bendita que quizás no conoces.

1. Origen del Agua Bendita

El agua bendita tiene sus raíces en los tiempos de Jesucristo, quien bendijo las aguas. Posteriormente, el Papa San Alejandro I, pontífice del 121 al 132 d.C., introdujo en la Iglesia la práctica de añadir sal al agua mientras se recitaban oraciones.

En la tradición judía, se usaban cenizas en el agua; San Clemente destacó que, bajo la antigua ley, se usaban cenizas, y bajo la gracia, usamos la sal.

2. ¿Por qué hay una pila de agua bendita a la entrada de los templos?

La presencia del agua bendita en la entrada de las iglesias permite que los fieles se persignen (hagan la señal de la cruz en la frente, los labios y el pecho) al entrar en el templo, recibiendo la bendición de Dios con el signo de la Cruz. Este gesto consagra nuestros sentidos al Señor al adentrarnos en Su casa, pidiendo al Espíritu Santo que ilumine nuestros corazones y nos infunda santo temor, piedad, silencio y reverencia.

3. ¿Cómo se introdujo el uso de la pila de agua en la Iglesia?

El uso del agua bendita es una adaptación de una ceremonia judía en la que, antes de orar, los judíos se lavaban pidiendo a Dios que los purificara. Los sacerdotes católicos bendicen el agua, preservando este rito antiguo, como un recordatorio de esa práctica purificadora.

4. No se debe vender

El agua bendita no puede ser vendida de ninguna manera, al hacerlo se cae en el pecado de Simonía.

“La simonía (cf Hch 8, 9-24) se define como la compra o venta de cosas espirituales. A Simón el mago, que quiso comprar el poder espiritual del que vio dotado a los Apóstoles, Pedro le responde: ‘Vaya tu dinero a la perdición y tú con él, pues has pensado que el don de Dios se compra con dinero’ (Hch 8, 20). Así se ajustaba a las palabras de Jesús: ‘Gratis lo recibisteis, dadlo gratis’ (Mt 10, 8; cf ya Is 55, 1). Es imposible apropiarse de los bienes espirituales y de comportarse respecto a ellos como un poseedor o un dueño, pues tienen su fuente en Dios. Sólo es posible recibirlos gratuitamente de Él”, indica el Catecismo de la Iglesia Católica (CIC 2121)

5. Efectos del Agua Bendita

Según la tradición, el agua bendita posee los siguientes efectos:

- Ahuyenta el mal: Repele toda potestad demoníaca sobre personas y lugares.

- Purificación espiritual: Borra los pecados veniales.

- Protección: Aleja sombras, nubes, fantasías y astucias diabólicas.

- Foco en la oración: Reduce las distracciones durante la oración.

- Devoción aumentada: Nos dispone, con la gracia del Espíritu Santo, a una mayor devoción.

- Virtud divina: Infunde en nosotros la bendición divina para recibir los sacramentos, administrarlos y celebrar los oficios divinos de Dios.

El agua bendita es, por lo tanto, un poderoso sacramental que nos ayuda a mantener la proximidad con Dios y a protegernos de las influencias malignas.

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