4 acciones que puedes implementar en tu rutina diaria para mejorar tu vida espiritual
¿Alguna vez te has detenido a pensar que necesitas crecer más espiritualmente o hacer algo nuevo o diferente para mejorar tu relación con Dios?
A veces, en medio del ritmo acelerado del día a día, vemos las prácticas sacramentales y devocionales como pequeños “check lists” que debemos cumplir, olvidando que lo principal está en vivir todos los aspectos de nuestra vida como hijos de Dios.
Por eso, queremos darte 4 consejos que pueden ayudarte a santificar tu día, ya sea en el trabajo, los estudios, la familia o las obligaciones diarias.
Como dice San Josemaría Escrivá, "o sabemos encontrar en nuestra vida ordinaria al Señor, o no lo encontraremos nunca".
1) Ten recordatorios visibles
Coloca una imagen religiosa o un crucifijo en tu lugar de trabajo o en algún espacio de tu casa. Estos elementos pueden ayudarte a recordar a Dios, inspirarte a rezar una jaculatoria o a ofrecer una obra o sacrificio.
2) Escucha audiolibros
Santa Teresa de Ávila, maestra de la vida de oración, recomendaba leer libros de espiritualidad o sobre la vida de los santos para quienes tienen dificultades para rezar. Si leer un libro físico te resulta complicado, puedes aprovechar el trayecto a casa, la hora de almuerzo o incluso la sala de espera del médico para escuchar un audiolibro en lugar de distraerte con el celular u otras actividades.
3) Agenda horarios específicos
Cuando queremos reunirnos con un amigo (especialmente si no lo vemos hace algún tiempo), hacemos todo lo posible para que el encuentro suceda. Muchas veces no nos confesamos porque “no tenemos tiempo”, o no rezamos más porque estamos cansados. Algo que puede ayudarte es establecer un horario fijo para ello. Por ejemplo, puedes colocar en tu agenda "confesarme el último viernes de cada mes en la parroquia X" o activar una alarma durante tu jornada laboral para rezar un Ave María por alguna intención especial.
4) Optimiza tu tiempo
La ajetreada rutina diaria es una de las razones más comunes por las que muchas personas no logran rezar más. Si no tienes oportunidad de asistir a una adoración o no puedes encontrar un momento en casa, una buena sugerencia, por ejemplo, es rezar el Rosario o escuchar una meditación o prédica durante el trayecto del trabajo a casa. De esta manera, aprovechas el tiempo que podrías estar escuchando música o noticias para hablar con Dios y hacer buenos propósitos.