Patrick van der Vorst era un exitoso empresario que consiguió acumular una fortuna tras vender un sitio web relacionado con el arte y las antigüedades. Sin embargo, Dios lo llamó a algo más y decidió dejarlo todo para ordenarse sacerdote.

En una entrevista realizada por la BBC, el ya diácono Patrick narró el proceso que lo llevó a entregar su patrimonio e ingresar en la vida consagrada.

El empresario que lo dejó todo para ordenarse sacerdote

“Siempre fui feliz, pero también tuve una cierta sensación de tristeza que creció con el tiempo”, comentó Patrick.

Al mismo tiempo, pese al éxito que tenía en su trabajo, “la idea de unirme a la Iglesia y estudiar para sacerdote siempre estuvo en mi cabeza”.

Con mis padres íbamos a misa cada domingo, pero no puedo decir que mi familia fuera particularmente religiosa, que rezáramos antes de cada comida, por ejemplo”, confesó.

Sin embargo, cuando aún era niño, un regalo que recibió lo marcó para siempre.

“Cuando tenía 8 o 9 años recibí tres libros sobre la vida de Jesús. Era una biografía contada a través de ilustraciones y dibujos. Yo estaba fascinado y siempre los tuve en mi mesa de noche”, comentó.

De sus padres, no solo recibió la fe sino el amor al arte. Aún no lo sabía, pero esas dos herencias lo terminarían acercando aún más a Jesús.

“Mis padres solían ir a subastas los fines de semana. Un domingo típico era levantarnos, desayunar, ir a misa y después recorrer las distintas casas de subastas y mercados de antigüedades de Brujas, Gante y otras ciudades. Fue allí que mis ojos se abrieron al arte“, contó.

Luego de estudiar Derecho e Historia del Arte, Patrick se mudó a Londres y empezó a trabajar en una casa de subastas de obras de arte.

“Cuando trabajas para [esas] empresas… lidias con personas en un estado vulnerable“, afirmó.

“La gente necesita vender cosas cuando se están divorciando, su madre falleció o está en bancarrota y necesita dinero, y estás allí con ellos, acompañándolos en la venta de sus propiedades y sus obras de arte. Yo sentía que esa era la parte que más disfrutaba“, confesó.

Posteriormente, se convirtió en un exitoso empresario tras crear un sitio web a través de la cual ofrecía a los propietarios de antigüedades y obras de arte valoraciones profesionales de sus piezas. Y fue en el año 2018 cuando amasó una considerable fortuna al venderlo.

De pronto, ese amor por Jesús que había germinado desde niño lo llamó a tomar una decisión fundamental: quería ser sacerdote.

“Recuerdo una conversación que tuve con mi mamá antes de entrar el seminario. Ella me dijo: ‘¿por qué mejor no te dedicas a trabajar en una organización caritativa?'”, recordó.

Finalmente, en el año 2019, con 47 años, el hasta entonces empresario ingresó al Beda College, un seminario romano especializado en vocaciones maduras.

“El grueso del dinero que gané lo repartí entre mis parientes y organizaciones de caridad“, comenta.

“De tener una casa y un perro en Londres ahora no tengo casa, bueno mi casa es el seminario y pronto será la parroquia a la que me manden”, concluye.

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