El Papa Francisco emitió un conmovedor mensaje Urbi et Orbi en ocasión del Domingo de Pascua y expresó sus intenciones de paz para todos los fieles católicos.

El Papa Francisco conmueve con su mensaje Urbi et Orbi para los católicos del mundo

El Santo Padre se refirió al momento en que los discípulos incrédulos descubren que Cristo ha resucitado. De la misma forma, dice el Papa Francisco, “hasta nuestros ojos son incrédulos, en esta Pascua de guerra“.

Hemos visto demasiada sangre, demasiada violencia. Nuestros corazones también se han llenado de miedo y angustia, mientras tantos de nuestros hermanos y hermanas han tenido que encerrarse para defenderse de las bombas. Nos cuesta creer que Jesús haya resucitado de verdad, que haya vencido verdaderamente a la muerte. ¿Podría ser una ilusión? ¿Un fruto de nuestra imaginación?“, se pregunta el Papa en su mensaje Urbi et Orbi.

¡No, no es una ilusión! -responde- Hoy más que nunca resuena el anuncio pascual tan querido por el Oriente cristiano: ‘¡Cristo ha resucitado! ¡Ha resucitado verdaderamente!’ Hoy más que nunca lo necesitamos, al final de una Cuaresma que no parece querer terminar”.

Esas llagas suyas son nuestras dos veces: nuestras porque le son procuradas por nosotros, por nuestros pecados, por nuestra dureza de corazón, por el odio fratricida; y las nuestras porque las lleva por nosotros, no las anuló de su Cuerpo glorioso, quiso guardarlas en sí mismo para siempre”, continuó el Papa Francisco en el mensaje Urbi et Orbi.

“Mirando aquellas llagas gloriosas, nuestros ojos incrédulos se abren, nuestros corazones endurecidos se abren y dejan entrar el anuncio pascual: ‘¡La paz sea con vosotros!’“.

La guerra en Ucrania

El mensaje Urbi et Orbi expresó el dolor de toda la Iglesia por la situación en Ucrania. El Papa Francisco expresó sentidamente: “Guardo en mi corazón a todas las numerosas víctimas ucranianas, los millones de refugiados y desplazados internos, las familias divididas, los ancianos que quedan solos, las vidas rotas y las ciudades arrasadas”.

Tengo en mis ojos la mirada de los niños que han quedado huérfanos y que huyen de la guerra. – continuó- Mirándolos, no podemos dejar de escuchar su grito de dolor, junto con el de muchos otros niños que sufren en todo el mundo: los que mueren de hambre o por falta de cuidados, los que son víctimas de abusos y violencia y los a quien se le ha negado el derecho a nacer”.

El mensaje para los católicos de América Latina

En su deseo de paz, el Santo Padre pidió especialmente por Latinoamérica. “Que Cristo resucitado acompañe y asista a las poblaciones de América Latina, que en algunos casos han visto empeorar sus condiciones sociales en estos tiempos difíciles de pandemia, agudizados también por casos de delincuencia, violencia, corrupción y narcotráfico”, comentó.

“Queridos hermanos y hermanas, toda guerra trae consigo secuelas que involucran a toda la humanidad: desde el dolor hasta el drama de los refugiados, pasando por la crisis económica y alimentaria de la que ya podemos ver los signos. Ante los continuos signos de la guerra, así como las muchas y dolorosas derrotas de la vida, Cristo, vencedor del pecado, del miedo y de la muerte, nos exhorta a no rendirnos al mal ya la violencia. ¡Hermanos y hermanas, dejémonos vencer por la paz de Cristo! ¡La paz es posible, la paz es un deber, la paz es la primera responsabilidad de todos!“, concluyó en su mensaje Urbi et Orbi en Domingo de Pascua.

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