Al padre Mimmo Minafra le dijeron que no volvería a caminar, lo habían operado de un tumor en la médula espinal. Pero se encomendó a la Virgen María y tuvo una experiencia que le cambió la vida.

Sacerdote no volvería a caminar pero la Virgen se manifestó en Terapia Intensiva

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En sus años de seminarista, el padre Mimmo Minafra recibió como regalo una imagen de la Virgen de las Lágrimas de Siracusa. Desde el punto de vista iconográfico fue mi punto de referencia mariano porque desde que recibí el cuadro como regalo de la Madre Superiora de las Hermanas de la Madre Teresa nunca lo he dejado”, comenta el sacerdote.

Virgen de las Lágrimas de Siracusa. Créditos: Vatican Media.

Y agrega: “Es un bajorrelieve que tiene su propio lenguaje particular, porque María no habla, sino que tiene una mano en el corazón y la otra vuelta hacia sí misma, como diciendo: ‘Yo soy tu madre, te amo con todo mi corazón, cuando necesites venir a mí , porque en mi corazón he resuelto todos los secretos de Dios’”.

Desde aquel día, la imagen siempre acompañó al padre Mimmo Minafra y se hizo devoto de esta bella advocación.

El diagnóstico de la grave enfermedad

Pasaron los años del seminario y un día le diagnosticaron que tenía un tumor en la médula espinal. Comenzaron los estudios y las visitas a los hospitales. El padre Mimmo Minafra recuerda:

“Bueno, después de tantos exámenes, sigue siendo una prueba larga: también vi a mis padres y a mi madre en particular consumiéndose cerca de mí… yo miré el cuadro de la Virgen y dije: ‘Virgencita, escucha, si Tengo que ser sacerdote y tengo que quedarme en la silla de ruedassolo dame la fuerza para saber aceptar esta nueva condición mía que en este momento no acepto‘”.

Y comenzaron las pruebas…

Muchos decían: ¿Cómo es posible? Después de todo lo que has hecho, después de toda tu devoción, ¡ahora obtienes esta cosa! Eso me preguntó mucha gente. Entonces esperaba al menos con mi vida poder dar la respuesta más que con las palabras que no pude dar, porque a veces siempre es mejor callar que arriesgar respuestas”, confiesa el sacerdote.

La intervención quirúrgica y la experiencia inexplicable en Terapia Intensiva que lo hizo caminar

El padre Mimmo Minafra se trasladó a un hospital especializado en tratamiento de cáncer y fue operado del tumor. Sin embargo, los médicos le dijeron a sus padres que no volvería a caminar y debería usar silla de ruedas.

“Habían quitado lo que había que quitar;  al final me hubiera salvado la vida pero me hubiera quedado así. Bueno, le dije a Nuestra Señora: Bueno, sigamos”, recuerda el sacerdote.

Después de la operación lo llevaron a la Unidad de Cuidados Intensivos. Recuerda que intentaba dormir mientras tenía en la mano el Santo Rosario que le habían permitido tener y comenzó a pensar que todos los que estaban sufriendo.

“Tenía dos cosas en mente: primero los niños enfermos, porque viendo a mi madre me imaginaba a las madres de los niños como son cuando un niño se enferma . Ese fue el pensamiento que tuve. Entonces me dije: bueno, me veré en la silla de ruedas para celebrar la misa”, se dijo aceptando la cruda realidad.

Y ocurrió algo inexplicable. “Por la noche siento una fuerte sensación de náuseas y empiezo a sentir el frío de mis pies debajo de la cama del hospital, porque las camas son todas pequeñas para mí por la altura, y me puse de pie de repente, casi como si alguien me estuviera sacando de la cama”.

“Recuerdo que vino el médico jefe y dijo: ‘¡Pero no deberías estar parado!’ Quiero decir, casi tuvo dificultades para admitir que estaba de pie . Entonces me fui a casa tranquilamente, no hice nada, nada. Y lo que soy hoy es precisamente lo que era hace años, por eso siempre he vivido mi vida sacerdotal desde entonces, teniendo en cuenta que siempre debo mi ‘gracias’ a María”.

¡Qué increíble historia! 

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Este artículo fue publicado originalmente en Luce Di María.

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