¡Reza esta consagración a la Virgen del Carmen! La Virgen María se manifestó a San Simón Stock ofreciendo grandes promesas a quienes se entregaran a ella, principalmente a través del uso del escapulario. Aquí tienes una oración para consagrarte a ella

Esta oración de consagración puedes emplearla con o sin el escapulario. Pero recuerda que es muy agradable a nuestra Santa Madre el uso de este signo mariano.

En una de las apariciones al santo le manifestó que el usar este hábito, “significa que estáis continuamente pensando en mí; y que yo, en turno, siempre estoy pensando en vosotros; y ayudándoos en asegurar la vida eterna

Oración de consagración a la Virgen del Carmen

Virgen del Carmen, oh Madre mía, me consagro a Tí,
y confío en tus manos- mi existencia entera.
Acepta mi pasado con todo lo que ha sido.
 Acepta mi presente con todo lo que es.
 Acepta mi futuro con todo lo que será.
Con esta total consagración
te confío cuanto tengo y cuanto soy,
todo lo que he recibido de tu Hijo Sacratísimo
y de tu Esposo Santísimo.
Te confío mi inteligencia, – mi voluntad y mi corazón.
Pongo en tus manos mi libertad, mis ansias y
mis temores,-mis esperanzas y mis deseos,
mis tristezas y mis alegrías.
  Cuida de mi vida y todas mis acciones para que
sea más fiel al Señor Trino y Uno,
y con tu ayuda alcance la salvación.
Te confío, Oh gran Señora,
mi cuerpo y mis sentidos,
 para que sean puros siempre
y me ayuden en el ejercicio de las virtudes.
Te confío mi alma, para Tú la preserves de
las tentaciones del mundo,-
de la carne, – y de Satanás.
Hazme participar  de una santidad- similar a la tuya;
vuélveme conforme a Jesucristo,- ideal de mi vida.
Te confío mi entusiasmo- y el ardor de mi devoción
para que me ayudes- a no envejecer en la Fe.
Te confío mi capacidad  y ganas de amar
como has amado Tú,- y como Jesús quiere que se ame .
Te confío mis incertidumbres y mis angustias,
para que en tu Corazón– encuentre seguridad,
– sostén y luz- en cada instante de mi vida.
Con esta consagración
me empeño en seguir tu vida
de humildad,- mansedumbre,- y pureza.
Acepto las renuncias y los sacrificios
que esta elección conlleva y te prometo
con la gracia de Dios y con tu ayuda
ser fiel al empeño tomado.
Oh, Madre de todos los hombres,
Soberana de mi vida y de mi conducta,
dispón de mí- y de todo lo que pertenece
para que camine siempre en el Evangelio
bajo tu guía, oh Estrella del Mar.
Oh Reina del Cielo y de la Tierra,
Madre Santísima del Redentor,
soy todo (a) tuyo (a), – oh Virgen del Carmen,
y a Ti quiero  unirme ahora y siempre
para adorar a Jesucristo, – junto a los Ángeles
y a los Santos, ahora y por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Virgen del Carmen, ruega por nosotros!

La oración fue publicada originalmente en EWTN.

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