Desde los primeros tiempos del cristianismo, la Iglesia sostiene que la presencia de Cristo en la Eucaristía es absolutamente real. Sin embargo, en una ocasión, un sacerdote no lo podía creer,  ¡y esto es lo que ocurrió!

Los católicos creemos que por este sacramento se produce la conversión de toda la sustancia del pan en el Cuerpo de Cristo y de la sustancia del vino en su preciosa Sangre; aún bajo las apariencias del pan y del vino.

Pero es conocida la historia de un monje italiano del siglo VIII al que le costaba creer esta realidad misteriosa. Y entonces sucedió un milagro.

La presencia de Cristo en la Eucaristía y el Milagro de Lanciano

Decíamos que allá por el 700 d.C. un monje sacerdote de la Orden de San Basilio le costaba terriblemente creer que Jesús estaba realmente presente en el sacramento eucarístico.

Tan poca fe tenía aquel sacerdote sobre este misterio de Jesús Eucaristía que cada Santa Misa que oficiaba se convertía en una rutina, una tarea más en el día que había que cumplir. Lentamente su corazón se fue enfriando.

Pero sucedió que una mañana mientras oficiaba la Celebración Eucarística entró en un profunda duda que lo desgarraba. Continuó con la Misa y en el preciso instante en que terminó de pronunciar las palabras de la Consagración vio cómo la hostia se convirtió en un círculo de carne. Al mismo tiempo, el vino también se transformó totalmente (también en apariencia) en sangre.

Entonces aquel sacerdote que había dudado de la presencia de Cristo en la Eucaristía, se llenó de un inmenso amor y agradecimiento a Dios por este regalo inmerecido de Dios. Inmeditamente se los mostró a los fieles y a partir de ese momento Lanciano se convirtió en un lugar de peregrinación obligado. De allí el célebre nombre del Milagro de Lanciano.

¡Espera que aún es más asombroso!

La conservación de la reliquia y la investigación científica

El milagro eucarístico no solo se convirtió en un signo para este sacerdote y toda Italia sino para todos los tiempos, brindando un testimonio extraordinario sobre la presencia de Cristo en la Eucaristía.

La hostia y las partículas de la sangre coagulada se guardaron en un relicario y se conservan hasta la actualidad en la Iglesia de San Francisco en Lanciano.

Milagro de Lanciano
Relicarios que conservan el milagro eucarístico. Créditos: Wikipedia.

Desde entonces millones de peregrinos arriban al templo a contemplar este prodigio sobrenatural. Pero lo más sorprendente surgió de las investigaciones realizadas entre la década de 1970 y 1980.

En estos años, el profesor Odoardo Linoli docente en Anatomía e Histología Patológica y en Química y Microscopía Clínica, con la colaboración del Profesor Ruggero Bertelli de la Universidad de Siena; realizaron una investigación con los instrumentos científicos más modernos de aquella época. Y, ¿sabes lo que encontraron? ¡Increíble!

1. La Carne es verdadera Carne. La Sangre es verdadera Sangre.

2. La Carne y la Sangre que se conservan pertenecen a la especie humana.

3. La Carne está constituida por el tejido muscular del corazón. En la Carne están presentes, en secciones, el miocardio, el endocardio, el nervio vago y, por el relevante espesor del miocario, el ventrículo cardíaco izquierdo.

4. La Carne es un corazón completo en su estructura esencial.

5. La Carne y la Sangre tienen el mismo grupo sanguíneo (AB).

6. En la Sangre se encontraron las proteínas normalmente fraccionadas, con la proporción en porcentaje, correspondiente al cuadro Sero-proteico de la sangre fresca normal.

7. En la Sangre también se encontraron estos minerales: Cloruro, fósforo, magnesio, potasio, sodio y calcio.

8. La conservación de la Carne y de la Sangre, dejadas al estado natural por espacio de 12 siglos y expuestas a la acción de agentes atmosféricos y biológicos, es de por sí un fenómeno extraordinario.

Y Tú, ¿qué crees?

Fuente: “Milagro Eucarístico de Lanciano” en Corazones.org

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