Un ambiente sencillo y austero. En el escritorio solo hay los utensilios necesarios para trabajar. El mobiliario imprescindible. Pocos libros, pocos documentos, en última instancia, y pocos objetos.

Lo que llama la atención son algunos rostros de los que trabajan en el edifico, que te miran apenas entras en la habitación 201 de la Residenza di Santa Marta, en el Vaticano, la residencia papal que alberga al Papa Francisco desde 2013 hasta el presente.

Una imagen de San Francisco, una estatua de Nuestra Señora de Luján, patrona de Argentina, un crucifijo y una estatua de San José el Durmiente. Imágenes que parecen decirle que la espiritualidad del Papa Francisco proviene de rostros humanos: San Francisco, San José y Santa María.

El Papa no quiere sentirse solo, necesita estar rodeado de personas, y Santa Marta es su hábitat perfecto. Este hotel eclesiástico todavía sirve para acoger cardenales y obispos que visitan Roma y puede albergar hasta 130 invitados repartidos en cuatro pisos.

“Pobreza evangélica y simplicidad franciscana”

El Santo Padre vive en una suite de solo 50 metros cuadrados que consta de dos habitaciones: la primera, donde hay un pequeño salón con algunas sillas, un sofá, un escritorio y una estantería. El segundo es el dormitorio.

Todavía no está claro si esta residencia se convertirá en residencia papal oficial incluso después del pontificado del Papa Francisco, ya que todavía no hay leyes que indiquen cuál debería ser la residencia de un Papa.

Una cosa es segura“, indicó una vez Aldo Maria Valli, un conocido funcionario del Vaticano, “cuando el Papa Francisco decidió venir a vivir a Santa Marta y no al departamento a su disposición en el Palacio Apostólico, introdujo una novedad en el pontificado, no solo desde el punto de vista organizativa, sino también por ser un mensaje claro tanto desde el punto de vista pastoral como teológico ‘dando’ un sello indeleble a su pontificado, una huella comprensible para todos, marcada por la pobreza evangélica y la simplicidad franciscana“.

Aquí hay algunas fotos de su habitación tomadas del periódico Il Messaggero:

Crédito: Il Messaggero

Crédito: Il Messaggero

Crédito: Il Messaggero

Crédito: Il Messaggero

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