Algo milagroso ocurre en Brasil, algo que está haciendo de las cárceles un lugar mejor, y se llama Asociación de Protección y Asistencia a los Convictos (APAC en sus siglas en inglés) y fue fundada en 1974 por el abogado Mario Ottoboni.

La APAC es una organización sin fines de lucro creada para mejorar las condiciones desastrosas de las prisiones brasileñas mediante la adopción a un prisionero, utilizando un método único en su tipo.

Estas prisiones ofrecen una alternativa al sistema penitenciario tradicional. Los presos están en la cárcel, ¡pero no hay policías ni oficiales de la prisión!

Los prisioneros mismos tienen las llaves del lugar, y ellos son los que se encargan de la limpieza, organización, disciplina y seguridad, en colaboración y gestión conjunta con los gerentes, voluntarios y personal administrativo de APAC.

Esta fue una elección valiente teniendo en cuenta que Brasil es el cuarto país en el mundo de mayor número de prisioneros. Además, sus cárceles se encuentran entre las más violentas, donde cada año mueren entre 200 y 300 personas ¡Incluso hay casos de decapitados!

Resultados

La primera prisión protegida por la APAC fue la de Itaúna, estado de Minais Gerais, y hoy en día la mayoría de las cárceles de Brasil piensan implementar este sistema.

Los resultados son favorables, por ejemplo hay detenidos que, literalmente, han dejado de intentar escapar de estas prisiones.

En un día típico, todos los presos rezan juntos cada mañana, desayunan, trabajan y también hay momentos donde estudian y hacen deporte.

Estas prisiones tienen un lema: “Amando al prójimo, amarás a Cristo”. Esta experiencia católica enseña que los hombres, independientemente del crimen que cometieron, pueden ser reformados y devueltos a la sociedad.

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